Seis meses bastaron para que una red de fraude inmobiliario falsificara escrituras, solicitara un crédito y vendiera una propiedad rentada.
En Puebla una banda dedicada al fraude inmobiliario habría conseguido modificar registros de escrituras, validar contratos apócrifos y gestionar créditos bancarios usando documentos falsificados. Operando todo en un tiempo récord de seis meses.
El caso involucra la propiedad ubicada en la calle Hispano Suiza del fraccionamiento La Calera, Puebla, donde el dueño original, Rafael Ramírez Soto, alquiló la casa a Francisco Humberto Cancino y su esposa Aristhela Gennyee Figueroa Rivera. Fuentes afirma que, a partir de ahí, se tejió una red de fraudes que terminó en la adquisición de la casa por parte de Levid de los Santos Arias, chofer de Cancino, utilizando una escritura aparentemente falsa emitida por la notaria María Elydeth Murillo Monroy, de Hidalgo.
Múltiples actores fueron parte del fraude, incluyendo a notarios de Puebla y autoridades del Registro Público y Catastro, quienes habrían facilitado la operación.
La operación no solo consistió en una transacción de compra-venta falsificada, sino que además se gestionó un crédito ante el banco BBVA, utilizando la propiedad como garantía. Gustavo José Castañeda Hill, del BBVA, también estaría bajo el radar por haber aprobado un crédito basado en documentación apócrifa. Aunque las fuentes no confirman la participación directa de las instituciones, el uso de una escritura falsa y documentos suplantados levanta preguntas sobre los procedimientos internos que permitieron este desfalco.
Se especula que las operaciones ilegales habrían sido impulsadas por un fuerte vínculo entre la banda y funcionarios clave, facilitando la inscripción de los documentos falsos en tiempo récord. Si bien las investigaciones apenas comienzan, todo apunta a que el caso no solo involucra a los implicados directos, sino a un sistema más amplio de complicidades dentro de las estructuras de poder en Puebla.