En 2019, esta guionista de formación se convirtió en la primera dama de Ucrania. Zelenska ha destacado desde entonces por su defensa de diferentes causas sociales y humanitarias y, ahora que su marido ha cobrado una especial importancia a nivel mundial, está demostrando que la valentía y resiliencia son otras dos de sus muchas cualidades.
POR ANNABEL SAMPSON
En estos momentos de devastadora conmoción en Ucrania, el mundo entero ha dirigido la mirada hacia una persona en especial: el presidente Zelenski, líder del país. El antes actor cómico ha dado un paso al frente como un auténtico hombre de estado para luchar y defender su país frente a los rusos, ganándose al mismo tiempo la admiración de buena parte del mundo. En una serie de retransmisiones, Zelenski, cuyo rostro parecía palidecer por momentos, puso de relieve que todos nos enfrentamos a un mismo enemigo, señalándose a sí mismo como el “enemigo número 1” de las fuerzas invasoras y a su mujer y a sus hijos, de 17 y 9 años, como “número 2” en su lista.
Pero ¿quién es su mujer, la primera dama de Ucrania? Olena Zelenska, de 44 años, es una guionista ucraniana que en su día compartió aula con Zelenski. Goza de gran popularidad y es considerada una de las mujeres más influyentes de Ucrania por motivos que van más allá de su título. Zelenska, todo un derroche de diplomacia y dinamismo, puso en marcha la adhesión de Ucrania a la iniciativa internacional de igualdad de género del G7, la llamada Alianza de Biarritz, y lo hizo por medio de un discurso en el tercer Congreso de Mujeres Ucranianas, celebrado en diciembre de 2019. Además, ha trabajado en pos de la cultura ucraniana, implementado una reforma del sistema de nutrición de las escuelas y dado comienzo a una iniciativa para difundir la lengua ucraniana por todo el mundo, todo ello sin dejar de abogar por una sociedad libre de barreras.
Zelenska en un primer momento se matriculó en arquitectura en la universidad nacional de Kryvyi Rih, pero más adelante cambió su especialidad por la escritura. Fue en la universidad donde conoció a Zelenski (pese a haber compartido escuela). Zelenski reveló en una entrevista que, pese a conocer a muchos de sus compañeros de clase, no fue el caso con Olena (cuyo apellido de soltera era Kiyashko).
Al igual que Zelenski, Zelenska ha recurrido a las redes sociales para dirigirse a su país en estos tiempos de guerra. El pasado viernes acompañó una imagen de una reluciente bandera ucraniana con el siguiente pie de foto: “¡Ucranianos, mi querido pueblo! Hoy os veo a todos vosotros: a todos los que veo en la televisión, en las calles, en Internet. Veo vuestras publicaciones y vídeos. ¿Y sabéis qué? Sois increíbles. Me siento orgullosa de vivir y compartir país con vosotros. Se suele decir que ‘mucha gente hace una multitud’, pero esto se refiere a nosotros, porque muchos ucranianos no son una mera multitud. ¡Esto es un auténtico ejército! Así que hoy no sucumbiré al pánico y a las lágrimas. Hoy mantendré la calma y me sentiré segura. Mis hijos se fijan en mí, así que me quedaré junto a ellos, mi marido y todos vosotros. ¡Os quiero! ¡Amo a Ucrania!”
En su segunda declaración desde el comienzo del conflicto armado, Zelenska publicó una fotografía de una recién nacida envuelta en mantas acompañándola de este texto: “Esta bebé nació en el refugio antiaéreo de Kiev. Esto tendría que haber sucedido en circunstancias completamente diferentes, bajo un cielo pacífico. Eso es lo que los niños deberían de ver. Pero lo más importante es que junto a ella hubo médicos y personas que se preocuparon por ella y por su madre, a pesar de la guerra. Será protegida y defendida. Porque sois increíbles, mis queridos compatriotas. Nosotros somos el ejército y el ejército está formado por nosotros. Y las criaturas que nazcan en los refugios antiaéreos vivirán en un país en paz que supo defenderse”.
En septiembre del año pasado, Zelenska concedió una emocionante entrevista durante su estancia en Washington DC. En ella, utilizó estas palabras al referirse a su experiencia como primera dama de Ucrania: “Creo que hoy en día [los países de todo el mundo] compartimos muchas cosas en común. Valores, ideas y problemas en común”. También defendió con entusiasmo su creencia en el poder blando y la diplomacia cultural entre diferentes naciones y sociedades. No cabe duda de que en estos momentos su comentario parece pertenecer a un mundo y una época muy distintas, pero estamos con ella y esperamos que pronto vuelvan aquellos días de paz y diplomacia.
Artículo original publicado por Tatler y traducido por Darío Gael Blanco