El hijo de “El Chapo” se declarará culpable en EE.UU. y podría convertirse en testigo clave para entregar a narco-políticos mexicanos.
El 9 de julio de 2025 marcará un antes y un después en la lucha internacional contra el narcotráfico. Ovidio Guzmán López, alias “El Ratón”, hijo del célebre Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, comparecerá ante la Corte Federal del Distrito Norte de Illinois, en Chicago, para declararse culpable de diversos cargos relacionados con narcotráfico, asociación delictuosa y crimen organizado transnacional. Esta declaración forma parte de un acuerdo con fiscales federales estadounidenses que podría significar no solo una sentencia reducida, sino la entrega de información clave sobre las redes del narcotráfico en México y su vínculo con estructuras de poder político y empresarial.
Según documentos oficiales del caso 1:09-cr-00383, la audiencia de “cambio de declaración” fue programada para el 9 de julio por la jueza Sharon Johnson Coleman, luego de que se cancelara la audiencia previa del 12 de mayo. La resolución fue notificada oficialmente el 6 de mayo, generando de inmediato fuertes reacciones tanto en círculos judiciales como políticos.
¿Que podría implicar?
El acuerdo implica que Ovidio renunciará a su derecho a juicio y colaborará con las autoridades de Estados Unidos. Esta colaboración podría extenderse a múltiples investigaciones abiertas relacionadas con el Cártel de Sinaloa, sus operadores financieros, y presuntos cómplices dentro del aparato político mexicano.
El gobierno estadounidense, ahora bajo la presión y narrativa del presidente Donald Trump, busca más que capos: quiere figuras políticas de alto perfil involucradas en corrupción y encubrimiento., por lo que el testimonio de Ovidio puede servir como moneda de cambio para apuntar a un político mexicano corrupto de alto nivel como trofeo.
Las sombras del pasado: AMLO, el “Jueves Negro” y la liberación de Ovidio
El nombre de Ovidio está marcado por uno de los episodios más controversiales del sexenio de Andrés Manuel López Obrador: el “Culiacanazo” del 17 de octubre de 2019, también conocido como el “Jueves Negro”. Ese día, fuerzas de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) cercaron a Ovidio en una vivienda del fraccionamiento Tres Ríos. Sin embargo, tras horas de violencia desatada por sicarios del Cártel de Sinaloa, AMLO ordenó liberarlo para evitar una masacre.
“Iban a perder la vida si no suspendíamos el operativo más de 200 personas inocentes en Culiacán, Sinaloa, y se tomó la decisión, yo ordené que se detuviera ese operativo y que se dejara en libertad a este presunto delincuente”, dijo López Obrador el 19 de junio de 2020.
Desde entonces, Culiacán ha vivido una especie de “narcopandemia”, con población bajo miedo permanente. Los “Jueves” se convirtieron en sinónimo de violencia, según lo señalo muy bien ‘El País’: la captura de “El Mayo” Zambada ocurrió un jueves 25 de julio de 2024, y el segundo arresto de Ovidio el 5 de enero de 2023, también un jueves.
La cooperación del hijo del capo
Ovidio podría revelar detalles sobre rutas de tráfico, operadores financieros, lavado de dinero a través de empresas fantasma, así como acuerdos de protección con autoridades mexicanas. Esto pondría en la mira a políticos, exfuncionarios, empresarios y hasta instituciones gubernamentales.
En el pasado, los abogados de la familia Guzmán enviaron agradecimientos públicos al presidente AMLO por la liberación de Ovidio en 2019. Hoy, ese gesto podría volverse contra el mandatario si surgen indicios de colusión o protección institucional.
Además, el testimonio de Ovidio podría ser utilizado por el ala republicana de EE.UU., encabezada por Trump, para presionar a México en temas de migración, seguridad y cooperación antidrogas, justo en año preelectoral.