La noche del 23 de octubre, 16 de los 22 consejeros municipales del PAN se reunieron en la sede del partido, ubicada sobre la 11 Sur, en la colonia Mayorazgo, para definir el método de elección del próximo dirigente estatal. El corte de luz en la zona, presuntamente provocado por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), no fue impedimento para que los panistas iluminaran el lugar con los faros de un vehículo y llevaran a cabo la votación.
La sesión, convocada por Miguelina Vargas Jarquín, secretaria general del comité municipal, y Rafael Guzmán, tesorero, se realizó con premura y en circunstancias poco usuales. En menos de 20 minutos, los consejeros presentes aprobaron por mayoría de dos tercios que la elección de la nueva dirigencia estatal se lleve a cabo a través del Consejo Estatal, dejando de lado la opción de una votación abierta a la militancia.
Este movimiento ha generado un fuerte debate interno en el PAN de Puebla, ya que varios sectores del partido consideran que la elección debería ser decidida por la base militante. Sin embargo, la propuesta aprobada anoche será enviada a la dirigencia estatal, y si dos terceras partes de los comités municipales respaldan esta decisión, el próximo dirigente del PAN Puebla será elegido por los consejeros estatales, lo cual beneficiaría a ciertos grupos políticos.
La actual dirigencia, encabezada por Augusta Díaz de Rivera, tiene su mandato hasta el 24 de diciembre de 2024, y el proceso de sucesión debe estar concluido antes de esa fecha. Desde la derrota en las elecciones de junio, donde el PAN fue ampliamente superado por Morena, las tensiones dentro del partido han ido en aumento. Especialmente, la figura de Eduardo Rivera Pérez, excandidato a la gubernatura, ha generado controversia, ya que ha sido señalado como el principal beneficiario del método de elección propuesto.
Rivera Pérez ha sido respaldado por Díaz de Rivera, quien incluso lo acompañó en una gira por diversos municipios del estado después de la derrota electoral. Esta estrategia ha sido vista como un intento de consolidar el control del partido por parte del grupo de Rivera. No obstante, otros líderes panistas, como Edmundo Tlatehui, Rafael Micalco y Mónica Rodríguez Della Vecchia, han alzado la voz para pedir que la elección sea abierta a la militancia. Estos líderes confían en que los votantes de base del PAN están descontentos con la actual dirigencia y que una elección abierta les permitiría tomar el control del partido.
Uno de los aspirantes más fuertes a la dirigencia es Edmundo Tlatehui, exalcalde de San Andrés Cholula y actual esposo de la presidenta municipal de esa demarcación, Lupita Cuautle. Tlatehui ha argumentado que su victoria en las elecciones municipales es una prueba de su capacidad para resistir a Morena, y ha insistido en que la elección debe ser decidida por la militancia.
