Morena pregona austeridad y transparencia, pero en el Senado, donde preside la Mesa Directiva, órgano rector de la Cámara alta, conservó el régimen de privilegios millonarios para las bancadas, que no han transparentado lo gastado en 2020 y 2021.
Desde que se instaló la LXIV Legislatura del Congreso de la Unión, en septiembre de 2018, en la página del Senado sólo aparecen datos de los montos otorgados en 2019.
Ese año, el gasto ascendió a más de 534 millones de pesos, de los que Morena, con 60 legisladores, recibió 247.6 millones.
Conforme los últimos datos disponibles, además de la dieta o salario que percibe cada senador, de 114 mil pesos mensuales brutos, cada parlamentario recibe otras tres bolsas de recursos.
La primera corresponde a un fondo de 206 mil pesos mensuales por concepto de trabajo legislativo y que se utiliza para viáticos, gasolina y presentación de informes parlamentarios.
Otra es un fondo para comisiones y se reparte según el cargo: 140 mil si es presidente de comisión, 100 mil para secretario y 70 mil para un integrante.
Finalmente, un fondo para personal de oficina por 130 mil pesos.
La primera bolsa, confirmaron senadores, permite de facto un manejo discrecional, pues se puede utilizar en apoyo a ciudadanos caídos en desgracia, por ejemplo, a militantes de una causa que necesitan respaldo económico o para pagar un funeral para familias en la pobreza.
“El gasto es diferenciado en cada grupo: cada quien hace lo que se le pegue la gana. Y no sabes si hacen un informe para 40 personas o hacen un informe para 10 mil. No hay criterio”, describió un senador que pidió el anonimato como condición para aportar datos.
“Cada grupo parlamentario decide cómo distribuir los recursos, incluso, hasta la comprobación es discrecional”, confirmó otro senador.
“Y como no hay una revisión externa, cada quien comprueba como puede. Eso propicia grandes tramos de discrecionalidad. Y quienes ocupan las coordinaciones son quienes determinan, con la lógica de que, si te portas bien, te dan más dinero; y si te portas mal, pues te dan menos”, agregó.
La fuente consultada refirió que incluso en la bancada de Morena se conceden préstamos para necesidades propias, “pero esos préstamos son favores por portarse ‘bien’ o como gasto de zanahoria: yo te apoyo y luego tú me apoyas”.
Una fuente enterada del manejo de los recursos aseguró que el grueso de las bancadas tiene atrasos de por lo menos dos años en la entrega de sus comprobaciones al órgano interno de control.
La misma situación se presenta en el caso de los presupuestos asignados a las comisiones legislativas.
Vía: REFORMA