ROMPE FILAS UNA TREINTENA DE FUNCIONARIOS. ¿POR QUÉ LE RENUNCIAN A AMLO?

Por: Adán Morales

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En dos años más de 30 funcionarios federales le han dicho adiós a la 4T. Las bajas preocupan de cara a las elecciones de 2021… ¿Qué anda tan mal en la Cuarta Transformación que muchos hacen maletas? ¿Quién sigue?

Por Redacción EMEEQUIS

 

EMEEQUIS.– De cara a las elecciones del 2021 hay algo que tiene en alerta a los morenistas: no alcanzan los dedos de ambas manos para contar las renuncias que le han presentado al presidente Andrés Manuel López Obrador.

Por el contrario: la lista suma 35 dimisiones en apenas dos años de administración.

No es cosa menor, dicen, porque todas las renuncias –el corte de relaciones con la autonombrada Cuarta Transformación, las cartas explicativas, los escándalos– dejan huella. Refuerzan la idea –tan popular entre los detractores de la 4T– de que el presidente es acaparador, un hombre que toma todas las decisiones por encima de los expertos, marginando a todo aquel que opine lo contrario.

“Pedimos lealtad a ciegas al proyecto de transformación para acabar con la corrupción, para acabar con los abusos, para llevar a cabo un gobierno austero sobrio, hacerle justicia. Entonces sí, es lealtad al pueblo básicamente, no a mi persona, la lealtad a las personas se convierte, la mayoría de las veces, en abyección, servilismo; nosotros queremos lealtad al proyecto de transformación, eso es lo que pedimos”, dijo AMLO apenas en septiembre pasado, cuestionado por las constantes renuncias de los miembros de su gabinete.

La bola de nieve comenzó a pocos meses de haber iniciado el sexenio, con la exdiputada del PAN, Clara Torres Armendáriz, renunciando a la coordinación del Programa de Estancias Infantiles, dependiente de la Secretaría del Bienestar, que lideraba María Luisa Albores González. La funcionaria no tuvo tapujos en decir que su renuncia se desprendía del desacuerdo con el presidente sobre este programa que alimentaba económicamente a aquellos espacios que servían a padres y madres para dejar a sus hijos mientras ellos salían a trabajar. Era apenas 17 de febrero y el gobierno llevaba poco más de dos meses activo.

El 26 de febrero, Gaspar Franco Hernández, integrante de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) y argumentando motivos personales renunció a cargo por medio de una carta enviada a Martí Batres en el Senado. Su dimisión está relacionada a la petición de Rocío Nahle, secretaria de Energía, de que dejaran sus cargos por su relación con el sexenio peñista y la vieja política energética.

A mediados de marzo, el escritor Mario Bellatin presentó su renuncia al cargo como director del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), organismo que depende de la Secretaría de Cultura, que está en manos de Alejandra Frausto, aduciendo motivos de salud. Su renuncia ocurrió en medio de la incertidumbre presupuestal para las becas y los apoyos a los creadores.  

Luego vino Simón Levy, quien renunció el 12 de abril de 2019 a la Subsecretaría de Turismo, la dependencia que dirige Miguel Torruco. Aunque dijo que su dimisión era irrevocable y por motivos estrictamente personales, además de externar su “lealtad” a AMLO y a Torruco, su salida no pasó desapercibida. De hecho, hace algunos meses reveló que Torruco –un viejo aliado del presidente– le prohibió meterse con los hoteleros por las playas privadas y le solicitó guardar silencio, por ello renunció“Nadie te puede obligar a hacer cosas que no quieres”.

Días después Guillermo Zúñiga, comisionado de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) informó vía Twitter que dejaba el cargo. Sumándose a las otras cuatro renuncias de los comisionados Neus Peniche, Marcelino Madrigal, Jesús Serrano y Montserrat Ramiro.

LAS DIFERENCIAS CON HACIENDA

Sin embargo, Germán Martínez Cázares, uno de los panistas que se adhirió al gobierno amlista, fue el que encendió las alarmas, con una dura renuncia al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) hizo sentir que algo dentro del gobierno no marchaba bien. Su renuncia ocurrió el 21 de mayo de 2019 y por medio de una carta dirigida al Consejo Técnico del IMSS ante diferencias con la Secretaría de Hacienda, que entonces comandaba Carlos Urzúa. 

“El Presidente del Gobierno de México proclamó el fin del neoliberalismo, pero en el IMSS algunas injerencias de Hacienda son de esencia neoliberal: ahorro y más ahorro, recortes de personal y más recortes de personal, y un rediseño institucional donde importa más el ‘cargo’ que el encargo”, escribió.

 

Ante la salida de Martínez, el presidente se limitó a decir que no compartía su perspectiva y que “afortunadamente hay muy buenos servidores públicos y vamos a sustituirlo”.

Esta primera e importante salida de un funcionario de alto nivel de la administración pública fue la llave que liberó a los llamados de forma interna “los detractores de la transformación” y desde entonces las renuncias no han cesado.

En mayo 15, Patricia Bugarín Gutiérrez, subsecretaria de Seguridad de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), dejó la dependencia que dirigía entonces Alfonso Durazo. También argumentó motivos personales, aunque las fuentes nos dicen que tuvo más que ver con su oposición a la política de seguridad que enmarca al gobierno actual.

El 3 de junio, de la Fiscalía General de la República de Alejandro Gertz Manero, salieron Omar Hamid García Harfuch quien era titular de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) y que es actualmente el secretario de seguridad ciudadana de la CDMX, así como Felipe de Jesús Muñoz Vázquez, encargado de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delitos Federales (SEIDF). También argumentaron motivos personales.

Para el 25 de mayo, una renuncia casi obligada. Josefa González Blanco Ortiz Mena dejó la titularidad de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) luego de un escándalo: hizo que se retrasara un vuelo comercial para poder abordar.

En el Instituto Nacional de Migración también hubo movimientos. Tonatiuh Guillén López renunció el 14 de junio de 2019, justo cuando México y Estados Unidos habían llegado a acuerdos sobre los aranceles a la importación de productos mexicanos. Aunque Guillén fue muy escueto en su renuncia pública, el mismo AMLO dijo que había pedido su salida por los cambios en la política migratoria, o lo que es igual, tras la decisión de trabajar con EU para reducir el ingreso de migrantes por la frontera sur de México.

Un día después, de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) salió Guillermo García Alcocer, presumiblemente por chocar con la política energética del presidente. Ese mismo día cayó la renuncia de Jaime Rochín, titular de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), quien había llegado al cargo en el sexenio de Enrique Peña Nieto.

LA EXPLOSIVA SALIDA DE URZÚA

Un mes después, Carlos Urzúa Macías, secretario de Hacienda haría una salida explosiva de la dependencia. Por medio de una carta dejaba en claro que estaba en contra de las decisiones de política pública tomadas “sin el suficiente sustento”.

“Me resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública”, agregó Urzúa, un hecho que “fue motivado por personajes influyentes del actual gobierno con un patente conflicto de interés”, escribió.

Ante la crítica, AMLO se limitó a decir: “es normal que haya discrepancias”.

“De qué se extrañan si la gente votó por un cambio verdadero y quieren que se acabe con la corrupción. ¿Cuál es la inconformidad?, ¿qué pensaban entonces?, ¿que yo iba llegar aquí y me iba a regodear con ser el presidente de México con la parafernalia del poder y que iba a ser monedita de oro?”, reviró el mandatario.

En agosto de 2019, a ochos meses de iniciada la administración de AMLO, el productor Édgar San Juan renunció a la Subsecretaría de Desarrollo Cultural de la Secretaría de Cultura, en medio también de las críticas a la administración que ha dejado la cultura de lado.

Para noviembre, Alexandra Haas Paciuc se despidió de su cargo como titular del Consejo Nacional para Prevenir la Discrminiación (Conapred) también por motivos personales.

El 2 de junio de 2020, Ricardo Rodríguez, director del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, presentó su renuncia tras haber transformado el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes en la actual dependencia. El hombre que logró rematar las casas del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán por más de 32.5 millones de pesos dejó la batuta a Jaime Cárdenas. El relevo renunció meses después, el 21 de septiembre, acusando actos de corrupción, como mutilación de joyas, irregularidades en los procesos de valuación y falta de recursos para cumplir con compromisos de pago.

Como en una cascada imparable, el 19 de junio de 2020 Mónica Maccise Duayhe renunció al Conapred luego de la polémica en la que el Consejo invitó al youtuber Chumel Torres a un foro sobre racismo y clasismo, el mismo que ha llenado las redes de comentarios clasistas y racistas en contra del hijo menor del presidente y la escritora Beatriz Gutiérrez Müller. 

 

Ese mismo día, Mara Gómez Pérez quien había heredado el cargo de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas de otro detractor –Jaime Rochín– renunció tras seis meses en el cargo, en el contexto de un plantón afuera de Palacio Nacional organizado por familiares de víctimas de violencia que se quejaban por la disminución de recursos para el organismo, luego de la reducción presupuestal establecida por Hacienda en abril, que permitía solo un margen de maniobra para atender a no más de 5 mil víctimas. 

Asa Ebba Christina Laurell, subsecretaria de Integración y Desarrollo de la Secretaría de Salud que comanda Jorge Alcocer, también presentó su renuncia ese mismo día. Laurell había sido parte del equipo cercano al presidente desde que éste fuera jefe de gobierno en la Ciudad de México, incluso llegó a ser su secretaria de Salud. Su renuncia se debió a las diferencias con Alcocer y a la política de austeridad.

Ante estas tres renuncias AMLO dijo: “Ya no queremos simuladores, queremos gente comprometida con la transformación”. Y luego: “Quien no comparta la política de transformación que se está llevando, con toda libertad pueden decidir no seguir trabajando con el gobierno”.

Para julio, Javier Jiménez Espriú titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), enviaba una carta al presidente para expresar sus diferencias respecto a la decisión del Ejecutivo de trasladar funciones civiles de la dependencia al ámbito militar, específicamente el control de las aduanas que ahora está en manos del Ejército y la Marina.

“Lamento profundamente no haber tenido éxito en transmitirle mi convicción y mi preocupación, sobre la grave trascendencia que tiene esta medida para el presente y el futuro de México, tanto en lo económico como lo político”, escribió Jiménez Espriú en su carta.

En agosto, la Semarnat sufriría una nueva baja. Su titular, Víctor Manuel Toledo renunció bajo el pretexto de cuidar su salud. Sin embargo, Toledo había tenido diversos desencuentros con el presidente y con varios empresarios agroindustriales y otros miembros del gabinete por impulsar la prohibición del herbicida glifosato. Su renuncia ocurrió tras revelarse un audio en el que denuncia las posturas encontradas con el gobierno federal, así como de señalar a Alfonso Romo, quien era el jefe de la Oficina de la Presidencia, de bloquear las energías renovables y la agenda ambiental desde Palacio Nacional.

Ya en septiembre, se anunció la renuncia de seis funcionarios de la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Entre ellos Eduardo Seldner, subdirector general de administración –quien fuera el encargado de finanzas de Margarita Zavala en la campaña presidencial–, Alfredo Ocón, subdirector general técnico, Celia Maya García, subdirectora general jurídica, Eugenio Barrios, subdirección general de administración del agua, Víctor Yamanaka Alcocer, subdirector general de infraestructura hidroagrícola y Patricia Ramírez de la subdirección general de Agua Potable. Ante estas renuncias, AMLO justificó los cambios diciendo que todos ellos tenían nexos con el Partido Acción Nacional.

El 16 de septiembre, un día después de la rifa del avión presidencial, se hizo efectiva la renuncia de Luis Calvo Reyes a la dirección general de Juegos y Sorteos de la Secretaría de Gobernación que preside Olga Sánchez Cordero.

SE VA EL EMPRESARIO…

Apenas el 2 de diciembre renunció uno de los hombres fuertes de AMLO, Alfonso Romo. El empresario se cansó de la cuarta transformación, porque el presidente solo escucha a su hijo Andy López Beltrán y esto le ha provocado diversos desencuentros con sus amigos empresarios.

Esta última salida fue la cereza en el pastel y preocupó a los estrategas de las elecciones 2020, pues si aquel hombre que fungía como enlace del gobierno con la cúpula empresarial, leal a AMLO, confiado en el cambio, dejaba el gabinete, algo debe andar muy mal. Romo salta del barco junto a una treintena de funcionarios antes de que se hunda.

¿Qué está mal en el gobierno de López Obrador que nadie quiere permanecer cerca?

 

@emeequis