Será un militar y no un civil quien asuma la SSP con Armenta

Por: adminMovId

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Armenta se decanta por militar para seguridad pública, pero el misterio sigue. 

El gobernador electo de Puebla, Alejandro Armenta, sigue moviendo las piezas de su próximo gabinete, aunque el nombre de quien ocupará la Secretaría de Seguridad Pública aún se mantiene bajo llave. Lo que es una certeza es que el perfil elegido es el de un militar.

Mientras Armenta afina su estrategia de seguridad, la línea trazada por el próximo Secretario de Seguridad Nacional, Omar García Harfuch, va en sentido opuesto, con un enfoque civil. No es ningún secreto que las relaciones entre Harfuch y las fuerzas armadas no son las más cordiales, por lo que un choque de estrategias entre lo que se plantee desde Puebla y lo que se proponga desde la Federación podría estar a la vuelta de la esquina. Sin embargo, militar o no, quien sea designado llevará el visto bueno del Secretario de Seguridad de Claudia Sheinbaum.

Armenta asegura que el nombre no se ha revelado debido a un protocolo que requiere de la aprobación de las fuerzas armadas, por lo que todo se maneja “con la formalidad que el caso amerita”.

La sombra de Rosales Solís en Puebla capital

En cuanto a la capital del estado, el gobernador electo no ha escatimado en destacar la responsabilidad de los alcaldes en la elección de sus titulares de seguridad. Aprovechó la ocasión para mencionar que ya dio su visto bueno a la elección de Fernando Rosales Solís como secretario de Seguridad Pública en el equipo del alcalde electo, Pepe Chedraui. No es la primera vez que Rosales pisa la Secretaría, pues fue titular durante la breve gestión de Martha Erika Alonso en 2018, lo que inevitablemente recuerda a los días del morenovallismo. Armenta subrayó que, aunque él “palomeó” la designación, la responsabilidad política recaerá completamente en Chedraui, quien deberá entregar “saldos blancos” a los poblanos.

Con la creciente preocupación por el incremento de la violencia en varios municipios del estado, Armenta puntualizó que la coordinación entre el gobierno estatal y los alcaldes será clave, pero dejó claro que la última palabra la tienen los presidentes municipales al interior de sus entidades. Así que, mientras Armenta teje alianzas militares, los municipios seguirán lidiando con su propia dosis de inseguridad… pero con total “autonomía”