Niños, niñas y adolescentes son el grupo menos golpeado físicamente por la Covid, “pero el que más se verá afectado a corto y largo plazo”, advierten especialistas. ¿Cómo luchan los menores mexicanos por hacerse escuchar? ¿Qué sienten cuando se enteran que no están incluidos en la vacunación? ¿Cómo aprenden?
Por Lariza Montero
EMEEQUIS.– ¿Cómo viven los menores de edad la emergencia sanitaria por Covid-19? Han sido olvidados del discurso oficial y protocolos de salud. Su opinión no es tomada en cuenta: están “invisibilizados” en la pandemia y toman clases como pueden.
Están frustrados porque aún no hay vacunas seguras para ellos ni en México ni en el mundo y nadie les dice cuándo llegarán.
Ya se les conoce como la generación de Pandemials, Coronnials o Cuarentennials. Han tenido que modificar sus costumbres, su convivencia escolar es casi nula, el aprendizaje, difícil. En las noticias se percatan que el gobierno pocas veces los menciona en el contexto de la pandemia, a excepción de cuando se acerca el Día del Niño.
“Los niños y los jóvenes tienen valor en la sociedad, se me hace muy injusto que los adultos crean que porque no tenemos 18 años no podemos participar en la sociedad y, mientras, somos invisibles”, comenta en tono airado Miguel Ángel Vázquez, estudiante poblano del CBTIS.
Un panorama que dista de solución fácil. En el lapso de un año, de acuerdo con cifras oficiales, han ocurrido cerca de 600 decesos de menores de edad.
El subsecretario Hugo Lopez-Gatell se refirió al tema en la conferencia matutina de López Obrador del 27 de abril, pero sólo a instancias de un reportero.
“En cuanto a números, para no dejarle con la inquietud, como se sabe perfectamente, lo hemos publicado, no se necesita un registro especial, lo hemos estado monitoreando desde el inicio de la epidemia en todas las edades, tenemos cerca de 600 personas en la edad infantil que han perdido la vida de manera directa por el Covid, lo que muestra, comparados con las cantidades importantes en personas adultas, que es una afección limitada en ese aspecto”.
Para Juan Martín Pérez, director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), el gobierno podría hacer mucho más en cuanto a los menores de edad y la pandemia.
“Lamentablemente hay una actitud criminal del Estado mexicano, con los recortes, con la invisibilidad y claramente con el hecho de no priorizarlos, dejarlos a un lado, para colocarlo esto en un tema de adultos. Estamos en la puerta de una catástrofe generacional. Dicho con estas palabras por António Guterres, el secretario general de Naciones Unidas”.
LAS ETIQUETAS DE LAS GENERACIONES
A algunas personas las marcará como un hecho de nacimiento y por eso son los llamados: bebés coronnials o cuarentennials. Crear etiquetas para nombrar y conjuntar a grupos sociales que viven procesos y comparten características viene de la sociología. Dichas características en común conforman la identidad de un grupo o una generación.
Federico Domínguez, autor del libro La Rebelión de los Pandemials. Los Ciclos Humanos y la Década de las Turbulencias (Editores Argentinos) dice en entrevista por Zoom desde Argentina: “Pandemial es un término que propongo, porque define mejor a los chicos que (hasta antes de la emergencia sanitaria eran la Generación Z o Centennials) encontrarán un nuevo mundo generado por la pandemia”. Para él, las personas que tengan entre 10 y 26 años en el 2030, es el rango etario que entra en esta denominación. “Este grupo que estará saliendo al mercado laboral es el más afectado por la década que viene y que yo la llamo “década de las turbulencias” (de 2020 a 2030), por todos los cambios de los ciclos humanos que están sucediendo a la vez”.
En su libro menciona cuatro ciclos humanos que se acelerarán con la irrupción de la pandemia en el mundo: el Ciclo de la Inequidad, de la Madre Naturaleza, Tecnológico y del Espíritu Humano. Afirma que con los efectos de la crisis por la Covid-19 la inequidad se agudizará, las nuevas tecnologías se consolidarán más rápido, el cambio climático tendrá una última oportunidad para frenarlo, la pandemia se unirá a las epidemias de depresión, ansiedad, soledad, creando una crisis del espíritu humano. Es el contexto con el que se encontrará esta generación en el momento de su adolescencia o en su entrada al mercado laboral.
Papi: ¿Cuándo vamos a empezar a vivir otra vez?: Fanny
Para el antropólogo de la Universidad de Extremadura (España), Alfonso Vázquez Atochero, “pandemial es la persona que con conciencia social vive una situación para la cual no se tiene memoria histórica ni se estaba preparado”. Y asegura que es una etiqueta en evolución, “aún estamos inmersos en el proceso social que la está generando”, apunta en entrevista por Zoom. Para el especialista, esta etiqueta social puede ser transgeneracional y abarcar a todos quienes estén viviendo la pandemia (con diferentes edades) y a aquellos que logren superarla. Comenta que tanto la revolución social y tecnológica que arrancó hace unas décadas, aunada al punto de inflexión que marca la crisis sanitaria, van a determinar una nueva forma de ver la vida: “Nuestros niños y adolescentes se van a encontrar un mundo diferente tras la pandemia”.
“Pandemial es la persona que con conciencia social vive una situación para la cual no se tiene memoria histórica”: Vázquez Atochero.
Vázquez Atochero enumera algunas características de esta generación: reinvención es la palabra que los puede definir, tienen la capacidad de aceptación de nuevas realidades, resiliencia y adaptabilidad. Federico Domínguez señala otras características que les son afines: capacidad de administración del dinero, conciencia ecológica, equidad de género, rechazo a la violencia y el machismo, amor libre, prácticas espirituales personales alejadas de la religión o prácticas comunitarias. Y agrega: “Son la primera generación de un mundo con nuevas instituciones. Tendrán nuevas estructuras sociales y valores, ya no verán un mundo con tantas oficinas, ni el modelo corporativo, estos chicos no tendrán hiperconsumo”.
“Me he sentido triste y (esa tristeza) se siente por todo mi cuerpo. He tenido dolor de cabeza (…) tengo miedo de que algo le pase a mi familia”: Lenyn.
El reporte “Impacto Social Covid-19” realizado por Socialsuite encontró que esta generación es la más estresada debido a su adaptación a la teleducación y la incertidumbre por el futuro. Otra característica es su pesimismo y desesperanza dada por el impacto de la crisis en sus hogares, según el barómetro Kantar Covid-19. Pero también es la generación de la empatía, de la solidaridad, desmarcándose del egoísmo y actitud apática de sus predecesores.
“Tengo miedo de salir a la calle, que un perro tenga Covid y me muerda” . “¿Cuántos virus se necesitan para estar completamente enfermo?”: Bruno.
El estudio “Youth in pandemic” informa que esta generación se mantiene informada y prefiere las fuentes de organizaciones mundiales o científicas y hacen uso del humor, los memes, distracciones y eventos online para hacer frente a lo que están viviendo como alternativa terapéutica.
“Lo que más he extrañado (durante la cuarentena) es poder ir a Acapulco”: Robertito.
Si bien, de acuerdo con Vázquez Atochero, todos quienes estamos viviendo este momento histórico sin precedentes tenemos algo de pandemial, es en los niños, niñas y adolescentes en los que calará con mayor impacto las consecuencias (a mediano y largo plazo) de la pandemia.
“A mi sí me gustaría tener más información”, dice Martina Bejarano, de 9 años. Catalina Sandoval, de 11, se inclina por el optimismo: “Nada dura para siempre y esta situación se va a terminar”. Sofía Garbarino, de 16 años, se la pasa mal: “Le quitaron todo lo bueno a la escuela y dejaron lo peor, no logro concentrarme”. Son niños y adolescentes mexicanos que comparten con EMEEQUIS sus angustias, enojos y sugerencias para salir del atolladero.
SON 31 MILLONES DE MEXICANOS DESPROTEGIDOS
Los menores de 18 años conforman el 31.4% de la población total del país. Son los niños, niñas y adolescentes que abruptamente interrumpieron sus clases presenciales, dejaron de ver a sus abuelos y amigos, tuvieron que usar el cubrebocas, guardar distancia, usar más la tecnología para tener contacto social, resguardarse en casa y enfrentarse a una nueva normalidad.
“El coronavirus es circular tiene patas de hormiga, mocos y es ciego”: Santi
México es considerado por el “Ránking de resiliencia covid”, elaborado por Bloomberg, como el peor país para estar durante la pandemia de Covid-19. Nuestro país, además, enfrenta un escenario sindémico (enfermedades concurrentes) en el caso de los niños, niñas y adolescentes, es decir; una pandemia se suma a otras epidemias preexistentes en este sector de la población como la obesidad, la violencia y la infodemia.
“Los que no usan cubrebocas, no piensan y están mal”: Carolina.
LA GRAN PARADOJA
Los niños, niñas y adolescentes viven una paradoja en esta crisis sanitaria, como lo comenta el pediatra y neumólogo Ricardo González Rosas en charla vía Zoom: “Son un sector poblacional que tiene mejor pronóstico de recuperación por contagio del virus, pero las condiciones sanitarias, económicas y sociales que está generando la pandemia en el país les depara un futuro muy incierto; son el grupo menos golpeado físicamente por la enfermedad, pero el que más se verá afectado a corto y largo plazo”.
Al principio de la pandemia, en diversos países, a los menores se les consideró “vectores” o potentes agentes de contagio y se les discriminó, debido a su buena recuperación tras la infección y su baja tasa de mortalidad. Aunque esto último no es el caso de México. González Rosas comenta que en México la tasa de mortalidad infantil por la Covid-19 es más alta que en otros países debido a las comorbilidades que presentan los menores de 18 años, principalmente obesidad y diabetes. El 23 de marzo el diario Excélsior dio a conocer la cifra de 518 menores de edad muertos en México por Covid-19, en el lapso de un año, entre el 12 de abril de 2020 y el pasado 14 de marzo, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Salud. Mientras que el número de contagios supera los 48 mil.
“Es insoportable estar todo el día en casa. Si escucho hablar del virus me estreso”: Maëlle
La noción y falsa idea social de que los menores no son un grupo vulnerable a esta enfermedad, que son inmunes o menos propensos al contagio han hecho, a decir de Juan Martín Pérez, director ejecutivo de REDIM, que la pandemia en el caso de niños, niñas y adolescentes “sea una expresión global de invisibilidad” y asegura que ellos y ellas no han sido informados –de acuerdo a su edad y desde las instancias de gobierno– de lo que sucede en el contexto actual. Los Pandemials no han tenido notoriedad en los discursos y conferencias mañaneras ni vespertinas que ofrece el gobierno federal.
“De acuerdo a la ley correspondería al Estado mexicano invertir los recursos prioritarios estratégicos para que niños, niñas y adolescentes no abandonen la escuela, no se vean afectados en su alimentación, no tengan que trabajar, es decir, todo lo que el sentido común podría decir que ayudaría a que el proyecto de futuro de un niño, una niña no se vea truncado”, señala Pérez.
Por su parte, el activista y luchador social, Alberto Athié Gallo, señala otros factores: “los niños niñas y adolescentes, no solo en el contexto de la pandemia, tienen el problema de ser ignorados, minimizados, despreciados (…), se toman decisiones por ellos, al margen o incluso, en contra de ellos”. Y agregó –en la mesa de debate: “#YaNoMás. El Interés Superior de Niños, Niñas y Adolescentes” organizada por la Fundación Gilberto Rincón Gallardo– que en México hay faltas graves a los derechos de niños y niñas y al principio rector del Interés Superior de la Niñez. “La Convención sobre los Derechos del Niño dice claramente que los niños, niñas y adolescentes son personas y poseen derechos propios y esos derechos deben ser un eje rector de todas las políticas de Estado”.
Los niños experimentan sentimientos de angustia en la pandemia. Fotos: Cuartoscuro.com.
HACER VALER LA LEY
Algunos de los derechos que contempla la Convención sobre los Derechos del Niño son: Derecho de prioridad, derecho a no ser discriminados, derecho a una vida libre de violencia y a la integridad personal, derecho a la protección a la salud y la seguridad social, derecho a la educación, derecho a la libertad de expresión y acceso a la información, derecho de participación, entre otros. México suscribió este tratado internacional que reconoce los derechos de los niños y niñas en 1989 y en 1990 la convirtió en ley suprema del país.
La Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (publicada en diciembre de 2014) incluye los derechos antes mencionados y otros más que ya están previstos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
El Interés Superior de la Niñez, es un principio incluido en la Convención y en la Ley General antes mencionadas y éste hace referencia a que en la sociedad se debe dar prioridad a la niñez, no como si fuera un acto de bondad de los adultos o los gobiernos sino por considerar que el crecimiento de las sociedades depende de la capacidad de desarrollar a quienes se encuentran en esta etapa de la vida.
Los derechos humanos de los niños y niñas ya están contemplados en la Constitución, pero falta su reconocimiento a nivel social y cultural, coinciden los especialistas entrevistados, pues también la mayoría de las familias en México tienen una estructura patriarcal, en la que está incluida la formación machista, adultocentrista, clasista y racista lo cual impide la autonomía de niños y niñas que, también en el caso de la pandemia, los invisibiliza y deja fuera de la conversación pública.
¿QUÉ DICEN LOS PANDEMIALS MEXICANOS?
EMEEQUIS entrevistó a varios niños, niñas y adolescentes para saber cómo se sienten, qué piensan, cómo viven y qué desean que suceda en este momento de crisis sanitaria mundial. Los menores entrevistados intentan explicarse lo inexplicable de este momento histórico. En ellos y ellas hay confusión, información a medias, fantasías e incertidumbre acerca de lo que sucede y eso genera angustia. Sus padres o profesores les han hablado acerca del virus. Los memes y redes sociales también han sido sus fuentes de información.
Miguel Ángel: “Creo que también nosotros somos grupo vulnerable”.
Miguel Ángel Vázquez tiene 17 años, vive en la capital de Puebla, asiste al CBTis 260. Dice que ha trabajado desde los 12 años, no tanto por necesidad, sino porque le gusta aportar a su casa. Está cansado de tantos meses de confinamiento, pero sabe que la salud de su abuela y su hermana menor “está en sus manos” y por eso evita salir a la calle. Tiene la ilusión de poder ir a la universidad. Se enteró de que los menores de 18 años no entrarán en la primera fase de vacunación en México y comenta: “Creo que también nosotros somos grupo vulnerable, porque no tenemos esa fuerza y esa voz para defendernos, y deben vacunarnos porque ¿qué va a ser de nosotros? Vamos a tener ese coraje atorado de no ser tomados en cuenta. Me gustaría que dijeran: ¿saben qué? ustedes van a ser vacunados primero porque merecen regresar a sus clases presenciales y a la vida cotidiana, porque al final somos nosotros los que vamos a estar forjando la nueva sociedad mexicana”.
Martina Bejarano tiene 9 años, vive en Tepoztlán Morelos y durante la pandemia emprendió un negocio; hace leche de almendra. Su papá le enseñó a hacerla y le puso “Almendrita” a su marca. Junto con su mamá entrega pedidos a domicilio “usando todas las medidas de protección” y aunque ella le ha explicado lo que sucede y no se ha quedado con ninguna pregunta por hacer, dice: “A mi sí me gustaría tener más información, al principio yo no entendía nada de lo que estaba pasando hasta que en el encierro mis papás me empezaron a platicar de lo que sucedía y cada vez fui entendiendo más. A mí sí me gustaría y sí me hubiera funcionado mucho, si para ese momento (el comienzo de la pandemia en México) las hubiera tenido (más opciones de información)”.
Catalina Sandoval tiene 11 años, vive en el corazón de la Ciudad de México, dice que el peor momento de esta pandemia fue cuando tembló y tuvo que salir corriendo de su departamento sin tomar todas las medidas necesarias y con el temor de contagiarse al estar cerca de muchas personas. Está convencida de que “nada dura para siempre y esta situación se va a terminar”. Sin embargo, no cree que el manejo de la pandemia en nuestro país esté del todo bien: “Está bastante mal porque mucha gente no sabe cómo se usa correctamente el cubrebocas, esperan que la gente se cuide pero no dicen cómo, deberían enseñarte qué hacer si alguien cercano tiene el virus, esperan que tú lo sepas instintivamente”. Con cierta reserva dice que su papá le tiene odio a AMLO y por eso “no veo mucho las noticias y cuando él está en la tele evito estar cerca de mi papá porque se enoja mucho, así que no sé cómo está actuando el presidente”.
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Para Bruno Bianciotto (de 7 años) todo esto comenzó en China, con una sopa de murciélago que –aclara– “a mí me hubiera resultado asquerosa”. Dice que estar en casa ha sido terrible, aburrido, aunque por otro lado este tiempo le ha permitido descubrir nuevos intereses como la ciencia “descubrí un nuevo animal; el pie de niño”. Ir al cine y viajar es de lo que más ha extrañado en este confinamiento. Con la escuela en línea ha tenido que aprender a usar plataformas digitales y estar tanto tiempo frente a la computadora le cansa y asegura que “antes escribía bien y ahora ya no tanto”. Al respecto de niños y niñas que no tienen la oportunidad de tener escuela en línea y que por el contrario, tienen que salir a trabajar Bruno opina: “Todos los niños deben tener las mismas oportunidades en especial, en este momento”. También está muy emocionado porque asegura que leyó en un diario digital acerca de la vacuna y no lo duda “¡por supuesto que me la pondría!”.
Sofía Garbarino tiene 16 años y aunque la pandemia ha sido dura para ella, porque extraña a sus amigas y familiares, nota que durante el confinamiento tiene menos miedo de salir a la calle, ya que sufre menos acoso callejero y asegura que con respecto a la escuela en línea “le quitaron todo lo bueno a la escuela y dejaron lo peor, no logro concentrarme”. A medida que el confinamiento se fue alargando ha comenzado a sentir más incertidumbre y angustia y está convencida que la lección que debemos aprender de esto que está sucediendo es “dejar de pensar por sí mismos y no dar nada por sentado, a mí antes ir por un café, salir a pasear o ir a la escuela lo daba por sentado y no lo valoraba y ahora no sabes lo que daría por hacer algo de eso”.
A pesar del susto o temor del que la mayoría de los niños, niñas y adolescentes entrevistados dijeron tener por la pandemia actual en la que vivimos, en ellos y ellas habita una visión esperanzadora y optimista sobre su futuro post Covid-19. Esto contrasta con las opiniones adversas de especialistas, estimaciones de institutos nacionales y de ONG’s que trabajan en favor de la infancia quienes ven un futuro desalentador y complejo para los pandemials. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en su reporte por el Día Universal de la Niñez, hizo un llamado para la sociedad mexicana: “Debemos evitar la generación perdida de la Covid19”.
@larizamontero