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Por: Admin

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En los últimos días testificamos cómo desde la silla con la más alta investidura en la Nación se negocia o se chantajea al opositor. El cinismo y la hipocresía se reafirmaron ya como una divisa de cambio en el sistema político mexicano

POR RAMÓN ALBERTO GARZA-CÓDIGO MAGENTA

El cinismo y la hipocresía se reafirmaron ya como una divisa de cambio en el sistema político mexicano.

El pudor y la decencia se fueron al olvido y los políticos canjean, sin remordimiento alguno, sus supuestos principios por favores y complicidades al más alto nivel.

En los últimos días testificamos cómo desde la silla con la más alta investidura en la Nación se negocia o se chantajea al opositor.

Convertido ya en jefe de la campaña presidencial para 2024, el presidente Andrés Manuel López Obrador transformó Palacio Nacional en los cuarteles de Morena.

Y utilizando sus conferencias mañaneras lanza mensajes, teje historias y fabrica realidades que le son indispensables para someter al opositor que no se disciplina.

 

I.- DE NUEVO CONTRA ALITO

El inquilino de Palacio Nacional se hizo a la idea de que, Alejandro Moreno Cárdenas, sería desde la presidencia del PRI su incondicional. Y le fallaron los cálculos.

En la votación por la Reforma Eléctrica, el voto de los senadores tricolores fue decisivo para frenarla. Y toda la furia de la Cuarta Transformación -Layda “La Porro” Sansores incluida- se fueron sobre el dirigente priista.

Las amenazas de abrirle carpetas desde la Fiscalía General de la República y de buscar su desafuero desde el Congreso, presionaron a “Alito” Moreno a buscar una salida híbrida a la militarización de la Guardia Nacional. Se ampliaron los tiempos.

Pero ahora, de nuevo, al volver a ser el PRI factor para frenar la ya fallida Reforma Electoral, las fauces judiciales y legislativas son enviadas sobre el jefe priista. Y desde su púlpito, el presidente López Obrador niega cualquier cacería política.

 

II.- EL “HIPÓCRITA” YA ES SU ALIADO

Samuel García fincó su campaña para alcanzar la gubernatura de Nuevo León en confrontar las políticas públicas de Andrés Manuel López Obrador. Su exigencia cumbre: empujaremos un nuevo pacto fiscal.

Apenas ganó y el joven naranja que surcó los cielos a lomo de su esposa influencer, olvidó las promesas y acabó del brazo y por la calle con el inquilino de Palacio Nacional.

Y en un año de una relación de amor y odio, en la que el Secretario de Gobernación lo llegó a llamar “hipócrita” y “mentiroso”, el gobernador de Nuevo León se vio obligado a aceptar el respaldo presidencial, en la disputa que libra con un Congreso al que no le respeta las decisiones que le vienen por ley.

Al igual que el presidente López Obrador, pero desde el lado “fifí”, Samuel García busca que las cosas sean como él quiere, no como las marca la ley. Y así trata de someter -o de comprar con efectivo- lo mismo a diputados que a alcaldes, a opositores y a comunicadores.

Su lucha por imponer a un “fiscal carnal” lo tiene en una crisis de ingobernabilidad que creó la oportunidad para que el presidente López Obrador saliera a su rescate y Samuel, su otrora opositor, le brindara todo su corazón.

Cómo vería el incipiente gobernador de Nuevo León el espaldarazo presidencial, que a contrapelo de lo que dijo hace tres meses, ayer en un cónclave nacional de Movimiento Ciudadano ya se insertó como precandidato presidencial naranja para 2024.

 

III.- LA MARCHA SOBRE ZACATECAS

Es público y notorio que los apellidos López Obrador y Monreal están cada día más distanciados, al borde del quiebre político definitivo.

El inquilino de Palacio Nacional desdeña el piso parejo para Ricardo Monreal, a quien acusa de “traidor” por no ser su incondicional, aunque militen en el mismo partido.

Y no le perdona al político zacatecano y aspirante del 2024 que no se le disciplinara para sacarle adelante su Reforma Eléctrica y que le esté repitiendo la dosis de rebeldía con la Reforma Electoral.

Casualidad o no, el hecho de que el hermano del líder morenista en el Senado sea gobernador de Zacatecas lo instala como Talón de Aquiles para exhibir el apellido de la familia.

Y en una semana, asesinaron en la tierra de los Monreal, al General Brigadier responsable de la Guardia Nacional, ultimaron a un Juez de Control y desataron un intento de motín en un penal que propició incendios en vías públicas y casetas de peaje.

Por eso decimos que el cinismo y la hipocresía están instalados como divisas de cambio en un gobierno que prometía desterrarlos frente a los abusos del pasado.

Se muestra una cara y se da otra, se pronuncia un discurso que es a todas luces mentiroso, se manipula la realidad y se canjean voluntades opositoras a cambio de un falso guiño presidencial.

Es cierto, ya nada es como antes. Ahora es peor.