No es fácil ser mamá en un país que dice que las adora, pero en el fondo las trata muy mal.
Por @adangio
Al momento de comenzar a escribir en este día pensé en hacerlo sobre las más de 120 mil desapariciones que tiene este país y el de cómo las madres han tomado en sus manos la tarea de buscar, aunque de pronto los políticos minimicen sus esfuerzos y las descalifiquen.
Pensé en hablar sobre como he visto amigos que este año perdieron a su madre y hoy la visitan en un panteón.
O de otros que viven un exilio y solo pueden marcarle unos minutos.
Algunos más están en la cárcel y su madre los visita a ellos.
Conozco amigos a quienes las fobias los mantienen distanciados de ellas.
También quise escribir sobre los festivales escolares, de las poesías: ‘Mamá soy paquito’ y ‘La mamá más mala del mundo’
De Denisse de Kalaff y Amor de amores, con los Ángeles Azules.
De las rifas de trastes de plástico y las rosas rojas que se regalan.
También pude escribir de que hoy en día no es fácil ser madre.
Muchas trabajan y son jefas de hogar.
Otras sufren el abandono de sus hijos.
Unas más son viudas y buscan trabajo en un mundo donde ya no son competentes.
Algunas madres ya no tienen madre y otras ya no tienen hijos.
Otras decidieron educar a sus hijos solas, sufren buscando una muchacha que las ayudé mucho y les robé poco.
Muchas también son felices.
Pero no es fácil ser mamá en un país que dice que las adora, pero en el fondo las trata muy mal.
En fin.
Mejor les platicare de la mía.
Su nombre es: Juanita, juanis pa´los nietos.
Mi madre nació en 1953.
Nació en un pueblito pintoresco en el EDOMEX.
Es tauro: conservadora y aferrada a sus ideas.
Se casó solo una vez.
Tuvo 5 hijos, el mayor murió; Y aunque a veces en silencio, no hay día que no le llore.
Mi madre creció a la antigüita: mesurada y experta en el lanzamiento de chancla. Pocas veces la vi fallar.
Sabe tortear, coser, planchar y lavar.
Cocina maravillosa y es dueña de uno de las mejores sazones caseros que haya probado.
Le gusta la música de Juan Gabriel y los caminantes, pero es feliz cuando mis hermanos o yo comemos con ella.
Mi mamá es muy franca, directa y a veces peca de ‘honesta’.
Vive en una enorme contradicción: Siempre me ve pasado de kilos, pero a la hora de la comida me sirve doble ración.
Mi madre odia los médicos y aunque considera que sus jugos (nopal-manzana y apio) diarios la tienen en buena forma, se ha dado cuenta que el tiempo no perdona, de pronto los achaques la visitan y aunque dice que es pasajero, su caminar ya es cansado.
Aunque no estoy siempre físicamente, todos los días pienso en ella, no solo el 10 de mayo.
Me siento afortunado de tenerla, pues no todos tienen la dicha de tener madre.
Al rato iré a verla junto con mis cuatro hijas, un regalito, un abrazo y un buen pescado serán testigos del encuentro.
Mi cuenta en equis: @adangio