¿Quién pagará los platos rotos?
En el circulo del Yunque del Palacio municipal el rumor corre desde hace unos días.
Qué habrá cambios, dicen algunos
Qué son posiciones que pidió Casa Aguayo, dicen otros
Que los movimientos de mandos medios en seguridad publica son parte de los acuerdos y son el inicio del pacto que un día sellaron el gobernador Barbosa y el alcalde poblano, Eduardo Rivera, afirman otros.
Aunque hay personajes inamovibles por dos cosas: Son miembros del Yunque y operadores financieros y políticos del proyecto 2024.
Por lo que su cabeza no está en juego.
Algunos los llaman el G7
Bernardo Arrubarrena, Enrique Guevara, Adán Domínguez, Lupita Arrubarrena, Matías Rivero, Fernando Cortes y Jorge Cruz Lepe.
Un grupo que reprueba el estilo del gobernador Barbosa pero que en corto reconoce que es necesaria la alianza, el pacto y sobre todo cumplirle los acuerdos.
Son ellos quienes diseñan la táctica y la estrategia.
Son ellos quienes han puesto sobre la mesa las cabezas que pueden ser negociadas con Casa Aguayo.
¿De quiénes son las cabezas?
El rival más débil por la cantidad de negocios que se pueden hacer desde su posición, por su morenovallismo, por haber sido Patiño en el partido verde en la pasada elección a gobernador, por enfrentar una denuncia como violentado de mujeres y por haber diseñado la estrategia de la concesión de publicidad en espacios municipales por 10 años, es: Michel Chaín
Le sigue la titular de seguridad ciudadana del municipio, María del Consuelo Cruz Galindo. Una posición que Casa Aguayo anhela desde hace tiempo y difícilmente resistirá la tentación de hacerse del control. Y a pesar de que el pasado jueves en la mañana se le vio correr junto a su jefe el alcalde, por la tarde del viernes los rumores sobre su salida se soltaron.
No hubo desmentido oficial ni mucho menos un guiño de respaldo a la secretaría.
Y es que el grupo de los 7 sabe que hay áreas que ya no les pertenecen.
Saben que de no cumplir los pactos su grupo puede desaparecer junto con los sueños de gobernar el estado.
Y es que este es el momento de Eduardo Rivera, quien de pronto paso de ser perseguido por el Morenovallismo para colocarse ahora como un sucesor a modo del Barbosismo.
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