Tonny visita a una Psicologa.

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Me atreví a entrar a una consulta con una psicóloga.

No más de 1.60 de estatura, cabello negro, piel apiñonada, 34 años si acaso, buenos muslos, mejores caderas y labios carnosos.

Me sentó en su diván.

-Relájese  y cuénteme. En una escala del 1 al diez como califica sus problemas.

-Odio los números – le respondí fastidiado-

-Bueno si esto fuera una guerra como lo definiría.

-Pensé en Bartlett y Loret, en FECAL y AMLO, en Trump y Putin,  al final la definí como el odio de Don Nene al Morenogarrismo.

-Uyyy su dolor es inmenso y es que el odio de Don Nene al Morenogarrismo es indescriptible…  -dijo asombrada la psicóloga-

La ignoré y comencé con un relato…

-Sabe, hoy por la mañana encontré una cabeza de puerco afuera de mi auto, pensé en asustarme, pero no pude. Solo me asustaré cuando una mujer corra furiosa detrás de mí o cuando un helicóptero vuelva a caer  un 24 de diciembre.

Pero intimidarme por una cabeza de puerco sería demasiado sentimental.

Después de eso me marcó un tal Pánfilo, quería extorsionarme, su solo nombre me provoco risa y es que mi extorsionador pensó que su nombre me provocaría respeto. Para mí fue una burla y es que mi mundo criminal está poblado de sapos y gansos.

La psicóloga cruzó sus piernas y me mostró el camino más corto a SODOMA.

Lo que me atrajo de ella además de sus exquisitos muslos era algo más, traté de describirlo como la pasión que un día tuvo Poe por Virginia o Carlos Salinas por Adela. Un  “magnetismo”, una fuerza que te atrae y te absorbe, te guste o no te guste.

La mujer me desnudó y me dijo: qué bonita piel tienes a pesar de todos los muertos que llevas encima.

-vaya terapia- pensé.

 

Mi cuenta en tuiter: @soprano_tonny

Columna ficción