“Ha vuelto a la casa del padre”: Vaticano confirma la muerte del papa Francisco

Por: Rocío Rios

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Fallece el papa Francisco a los 88 años: el mundo despide al pontífice latinoamericano que marcó una era con humildad, valentía y compromiso social

Ciudad del Vaticano, 21 de abril de 2025 (EFE)

El papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano de la historia y una de las figuras más influyentes del siglo XXI, falleció este lunes 21 de abril a las 7:35 de la mañana (hora de Roma) en su residencia de la Casa Santa Marta, en la Ciudad del Vaticano. Tenía 88 años. La noticia fue confirmada por el camarlengo del Vaticano, el cardenal Kevin Joseph Farrell, quien anunció con profunda tristeza el deceso del Obispo de Roma a través de un video mensaje emitido desde la Capilla de la misma residencia.

“Con profundo dolor tengo que anunciar que el papa Francisco ha muerto a las 7:35 horas de hoy. El obispo de Roma ha vuelto a la casa del Padre. Su vida entera ha estado dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia y nos ha enseñado el valor del evangelio con fidelidad, valor y amor universal, y en manera particular a favor de los más pobres y marginados”, expresó el cardenal Farrell, visiblemente conmovido.

La confirmación oficial del fallecimiento fue publicada en un comunicado del Vaticano a las 9:52 horas locales, momento desde el cual comenzaron a sonar las campanas de luto en todas las iglesias de Roma y del mundo católico. La Santa Sede activó el protocolo de “Sede Vacante”, que se aplica tras la muerte de un Papa, y que marca el inicio del proceso que culminará con la elección de su sucesor en un nuevo cónclave.

Un pontificado marcado por la sencillez y el compromiso social

Nacido como Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires, Argentina, en 1936, Francisco fue elegido Sumo Pontífice el 13 de marzo de 2013, convirtiéndose en el primer Papa proveniente del continente americano, el primer jesuita en asumir el cargo y el primero en adoptar el nombre de Francisco, en honor a San Francisco de Asís, símbolo de pobreza, paz y respeto por la creación.

Durante sus doce años de pontificado, Francisco transformó el rostro del papado con un estilo pastoral marcado por la sencillez, el diálogo interreligioso y una profunda preocupación por los pobres, los migrantes y el medio ambiente. Su rechazo al lujo y su elección de vivir en la Casa Santa Marta, en lugar del tradicional Palacio Apostólico, simbolizaron su cercanía al pueblo.

Con frecuencia, sus gestos hablaron más fuerte que sus palabras: lavó los pies a inmigrantes en Jueves Santo, visitó campos de refugiados, se abrazó con líderes musulmanes y judíos, y no dudó en denunciar con firmeza la indiferencia del mundo ante el sufrimiento de los más vulnerables.

Sus últimas apariciones públicas

En las últimas semanas, el papa Francisco se había ausentado de los actos públicos debido a una infección respiratoria que lo mantuvo convaleciente. Durante la reciente Semana Santa, no presidió los ritos tradicionales y, aunque apareció brevemente en el balcón de la logia central de la basílica de San Pedro para impartir la bendición Urbi et Orbi, fue el maestro de ceremonias, monseñor Diego Ravelli, quien leyó su mensaje pascual.

En ese mensaje, Francisco expresó una de sus últimas súplicas públicas:

“Me siento cercano al sufrimiento de los cristianos en Palestina y en Israel, así como a todo el pueblo israelí y a todo el pueblo palestino”, escribió, instando a un alto el fuego en Gaza y al auxilio urgente de la población civil.

Luto en el mundo

Desde el anuncio de su fallecimiento, líderes religiosos, jefes de Estado, organizaciones humanitarias y millones de fieles en todo el mundo han expresado su pesar por la partida del pontífice argentino. En Argentina, su país natal, el presidente decretó tres días de duelo nacional. En la Plaza de San Pedro, los fieles comenzaron a congregarse espontáneamente desde primeras horas del día, muchos de ellos en oración silenciosa o con lágrimas en los ojos.

El papa Francisco deja un legado inmenso. No solo por sus reformas internas en el Vaticano, como la lucha contra los abusos sexuales, la reestructuración de la Curia Romana o sus esfuerzos de transparencia financiera, sino también por haber devuelto al papado una dimensión profética y pastoral que tocó el corazón de creyentes y no creyentes por igual.

Al final de su mensaje, el cardenal Farrell concluyó con estas palabras:

“Con inmensa gratitud por su ejemplo como discípulo del Señor Jesús, recomendamos el alma del papa Francisco al infinito amor misericordioso de Dios Uno y Trino.”

Mientras las campanas doblan en Roma y el mundo se viste de luto, los millones que alguna vez se sintieron conmovidos por sus palabras y sus gestos le rinden homenaje a un Papa que eligió caminar entre los pobres y que, hasta el último aliento, enseñó que la fe se vive sirviendo.

Descanse en paz, Papa Francisco.