La alcaldesa panista de San Andrés Cholula, Lupita Cuautle, y la morenista de Atlixco, Ariadna Ayala, han desestimado la recomendación de Alejandro Armenta, próximo gobernador de Puebla, de nombrar a militares en los puestos de seguridad pública de sus municipios. Pese a los altos índices de violencia, Lupita Cuautle y Ariadna Ayala han optado por ratificar a Luis Flores Fierros y Antonio Hernández Pacheco respectivamente, como sus secretarios de seguridad.
El equipo del gobernador electo de Puebla, Alejandro Armenta, no ve con buenos ojos la postura de las alcaldesas de dos de los municipios más importantes del estado: San Andrés Cholula y Atlixco, debido a su negativa a adoptar la estrategia de seguridad que propone la próxima administración.
En el caso de San Andrés Cholula, la alcaldesa panista Lupita Cuautle, quien se ha mantenido como la única sobreviviente del PAN en la zona conurbada de Puebla, ha decidido no alinearse en absoluto con la propuesta de Alejandro Armenta. A pesar de los casos de violencia de alto perfil en su municipio, como la ejecución en el Casino Big Bola y otros asesinatos en las cercanías de Lomas de Angelópolis, así como el secuestro en el restaurante Mochomos, Cuautle ha optado por ratificar a Luis Flores Fierros como secretario de Seguridad Pública de San Andrés Cholula, desestimando la recomendación del equipo de Armenta de designar a un militar al frente de la Secretaría de Seguridad Pública municipal.
La decisión de Cuautle ha generado tensión, sobre todo tras el exhorto del gobernador saliente, Sergio Salomón Céspedes, quien le instó a reconsiderar su postura y responsabilizó a la alcaldesa por la violencia futura que pudiera presentarse en la región si no adopta el plan de seguridad estatal trazado. La percepción en el equipo de Armenta es que, al no aceptar la sugerencia, Cuautle está poniendo en riesgo la seguridad del municipio.
Por otro lado, la situación en Atlixco con la alcaldesa morenista Ariadna Ayala también ha levantado incomodidades en el entorno de Armenta. A pesar de haber sido reelegida en su cargo y de haber asistido a las mesas de seguridad convocadas por el gobernador electo, donde se presentó un plan con tenientes, marinos y otros perfiles de corte militar, Ayala decidió mantener en su puesto a su secretario de Seguridad a Antonio Hernández Pacheco, desestimando la recomendación de la futura administración. Este hecho ha sido interpretado por fuentes cercanas como una burla, ya que Ariadna Ayala salió de la reunión elogiando la estrategia de seguridad de Armenta, solo para ignorar la recomendación posteriormente.
La molestia es mayor en el caso de Ayala, debido a que se esperaba que, al formar parte de Morena, hubiese un alineamiento natural con la estrategia de la próxima administración estatal. Sin embargo, su negativa ha sido tomada como un desafío a la autoridad de Armenta. En ambos casos, la postura de las alcaldesas marca un desafío importante para el futuro gobernador, quien busca implementar una política de seguridad con militares al frente en los municipios clave del estado.
