El Partido Revolucionario Institucional se está desmoronando en Puebla y su dirigente estatal, Néstor Camarillo prefiere huir antes que quedarse solo. La poca estructura política que tenía se está debilitando a pasos agigantados y de seguir así, no tendrá nada que ofrecerle a Eduardo Rivera en su búsqueda por la gubernatura.
A penas comenzaba el día cuando las malas noticias para el PRI comenzaron a llegar. Primero fue la diputada Silvia Tanús, quien anunció que después de 50 años de militancia deja el partido.
Queridas amigas y amigos:
Hoy después de 50 años de militancia he
tomado la decisión de finalizar mi actividad político partidista.Tras mucho meditarlo he decidido darle paso a las nuevas generaciones de políticos, deseo que en el Estado se lleve a cabo un relevo generacional… pic.twitter.com/8CX3ti8Xin
— Silvia Tanús (@silvia_tanus) January 15, 2024
Silvia Tanús está en el congreso local y asegura que terminará su periodo, pero será una diputada sin partido. En rueda de prensa señaló que su intención no es irse a la oposición, una vez que termine su encomienda se irá a la iniciativa privada.
“Me dedicaré a ser consultora, no con los partidos, no voy a ser consultora de partidos, voy a ser consultora de personas y de gobiernos, ese es el objetivo”, dijo Silvia Tanús
Sobre esto, el aún dirigente estatal del tricolor, Néstor Camarillo, señaló que no apoya, pero sí respeta la decisión de Silvia y remató diciendo que “a nadie se le obliga a estar en el PRI”.
Esta salida se suma a la tan anunciada, pero aún nada formal, de Jorge Estefan Chidiac. Y, en medio de la desbandada el mismo líder del PRI, Néstor, anunció que hoy solicitará licencia a su cargo como diputado y que dejará la dirigencia para que el próximo miércoles ya se registre como aspirante al Senado de la República.
Con todas estas migraciones, renuncias y abandonos, el único y más beneficiado es Morena. El PRI se está quedando sin sus fuertes y al dirigente lo único que se le ocurre es abandonar el barco para beneficio propio.
De tal manera que, uno de los partidos que arropa a Eduardo Rivera, se está quedando sin fuerzas. ¿Le servirán de algo a Lalo las migajas del PRI?