Los movimientos en la causa de Collado generaron enojos en Palacio Nacional. “Otra vez beneficia a un criminal confeso para atacar a sus enemigos personales”.
La incomodidad alrededor de la figura de Alejandro Gertz Manero crece en las entrañas de Palacio Nacional. Como explicó LPO, hace varios meses que se conversa sobre su eventual salida como fiscal general, aunque no se tiene certeza sobre la resistencia que presentaría una figura clave -y hasta peligrosa- en el sistema político mexicano.
“Cada vez es más evidente que tiene su propia agenda de revanchas políticas y hasta personales, que divergen por mucho en los intereses del Presidente”, dicen con un notable enojo colaboradores de Palacio Nacional.
El caso de Juan Collado expuso otra vez este accionar “descontrolado” de Gertz, que genera urticaria en la cúspide de la 4T. Su pelea con Julio Scherer ya es de público conocimiento. El fiscal cree que Scherer está detrás de una embestida para quedarse con su cargo, y desde entonces busca abrirle una carpeta al ex consejero jurídico.
El reclamo en Palacio se sustenta con datos objetivos: la Fiscalía acaba de pedir 40 años de prisión para los abogados Araujo-González-Peimbert-Robledo-Carrancá -a quienes acusa de estar vinculados con Scherer-, pero al mismo tiempo dejaría libre de culpa y cargos a Juan Collado, uno de los personajes que quizás encarna los vicios que más aborrece AMLO.
Juan Ramón Collado es, para la 4T, el abogado de la “mafia”. En la larga lista de defendidos -y hasta presuntos socios en otros negocios- figuran Carlos Salinas de Gortari y su hermano Raúl, Enrique Peña Nieto, el panista Diego Fernández de Cevallos, el exministro de la Corte Eduardo Medina Mora y hasta Carlos Romero Deschamps.
Collado es señalado por lavado de dinero y operaciones con recursos de procedencia ilícita, entre otros delitos. Su empresa Caja Libertad Servicios Financieros es acusada de lavar dinero de la corrupción de varios políticos e incluso de recursos procedentes del Cártel de Sinaloa.
Caja Libertad intercambió además algunas acciones con Oceanografía, la empresa que defraudó a Banamex por 400 millones de dólares en 2013, lo cual generó sospechas de que también lavaba dinero para los empresarios de esa compañía.
“Es decir, beneficia a un corrupto de ese calibre solo para tomarse revanchas políticas con sus enemigos. Porque no es solo Scherer, también quiso perseguir a Santiago Nieto, a López-Gatell, a ministros de la Corte. Es el Torquemada de la 4T. Y esas cosas enfurecen a AMLO”, concluyen las mismas fuentes de Palacio Nacional.
Este accionar contrastante de Gertz ya se observó en otros casos emblemáticos. Por ejemplo, mientras desplegó una persecución total contra la familia Cuevas -a quienes acusa de haber descuidado a su fallecido hermano- dejó libre a Emilio Lozoya durante largos meses, quizás el ícono de la corrupción del sexenio de EPN.