“The Chinese man”. Este es el nombre clave que utilizan funcionarios del Departamento de Estado de Estados Unidos para referirse a Marcelo Ebrard, de acuerdo a fuentes de alto nivel consultadas por Código Magenta
POR RODRIGO CARBAJAL – CÓDIGO MAGENTA
“The Chinese man”. Este es el nombre clave que utilizan funcionarios del Departamento de Estado de Estados Unidos para referirse a Marcelo Ebrard, de acuerdo a fuentes de alto nivel consultadas por Código Magenta.
Para Washington, el secretario de Relaciones Exteriores mexicano ha dejado de ser un interlocutor confiable porque es identificado, junto al empresario Carlos Slim, como uno de los asesores que convencieron al presidente Andrés Manuel López Obrador de abrirle las puertas a la inversión de China.
Este cambio de política rompe una de las reglas no escritas más importantes de la relación bilateral México-Estados Unidos: mantener al margen al rival geopolítico, comercial, militar y tecnológico más importante de América del Norte.
En palabras del portal especializado en negocios, BNAmericas, “mientras China ha conseguido poner un pie dentro del sector de infraestructura en México, las compañías estadounidenses no están presentes”.
La huella de inversión china se ha extendido significativamente en la administración de Andrés Manuel López Obrador. Hasta ahora, se han ignorado las señales e intervenciones del gobierno estadounidense para bloquear el avance de Beijing en áreas de interés estratégico como la infraestructura logística y las telecomunicaciones.
El gobierno de la Cuarta Transformación le ha asignado la construcción del primer tramo del Tren Maya a un consorcio liderado por China Communications Construction Company, un conglomerado de 17 mil millones de dólares en el que el gobierno chino mantiene el control de la estructura accionaria.
Se trata de un proyecto estratégico para la administración de Andrés Manuel López Obrador, parte de un programa para desarrollar una región que concentra el 80 por ciento de las reservas probadas de petróleo del país, la nueva refinería de Dos Bocas y el desarrollo comercial Transístmico.
El contrato de la construcción del primer tramo del Tren Maya está valuado en 7,500 millones de dólares. Para ello, China Communications Construction Company se asoció con uno de los empresarios mejor conectados de este sexenio y el anterior, José Miguel Bejos, representante de la filial mexicana de la compañía Mota-Engil y un antiguo miembro del foursome de golf del entonces presidente Enrique Peña Nieto, el ex senador Emilio Gamboa y el ex subsecretario de Gobernación, Luis Miranda.
La estructura corporativa de China está comenzando a penetrar en la élite política y económica de México. El gobierno de la Ciudad de México le ha otorgado un contrato de 32,300 millones de pesos a la empresa paraestatal china CRRC Corporation. Esto implica acceso a la administración de Claudia Sheinbaum, quien es vista en el círculo rojo como la candidata predilecta del presidente Andrés Manuel López Obrador de cara a la sucesión presidencial de 2024.
En el sector privado, Carlos Slim, el empresario más cercano a Palacio Nacional y el titular de la concesión de otro de los tramos del Tren Maya, también ha sido clave para acelerar la entrada de capital chino a México.
América Móvil escogió a Huawei para desplegar la red 5G en el centro y sur de México. De acuerdo a Reuters, la razón por la cual Huawei no pudo desplegar su red en el norte del país obedece a una objeción directa del gobierno de Estados Unidos.
La Comisión Federal de Comunicaciones, el órgano regulador de telecomunicaciones de Estados Unidos, designó a Huawei como una amenaza a la seguridad nacional.
México es el país de América Latina con menor presencia de capital chino en proyectos de infraestructura. Eso podría cambiar muy pronto. Beijing está buscando oportunidades de inversión en Nuevo León.
El embajador de China en México, Zhu Qingqiao, y veinte representantes de tres de compañías chinas se reunieron en mayo de 2022 con el secretario de Economía de Nuevo León, Iván Rivas.
El gobierno chino y su brazo corporativo están siguiendo el script que no pudieron consolidar en el sexenio de Enrique Peña Nieto. En el gobierno anterior, tres grandes proyectos comerciales y de infraestructura fueron vetados por intervención directa de Washington:
La expansión de la planta hidroeléctrica de Chicoasén en Chiapas, un desarrollo de 386 millones de dólares que fue suspendido en 2016.
La construcción del Dragón Mart, un proyecto de 108 millones de dólares que fue suspendido en 2015.
Y el Tren México-Querétaro, una obra de infraestructura de 3,750 millones de dólares que fue suspendida en 2014.
Específicamente el veto al Tren México-Querétaro pone de manifiesto la importancia que tiene para Estados Unidos frenar el avance de China en México.
En la antesala de la Cumbre de Toluca de febrero de 2014, Barack Obama se encerró con el presidente Enrique Peña Nieto y con su equipo cercano para hacerle saber que si China Railway Construction Company continuaba con el proyecto, no tenía sentido celebrar la cumbre ni seguir con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Para entonces, China ya había organizado una visita de Estado de Peña Nieto para celebrar el desarrollo del Tren México-Querétaro, un proyecto que el periódico chino Global Times calificó como “el reconocimiento global de la tecnología ferroviaria china”.
La obra finalmente fue cancelada, justo el fin de semana antes de que el equipo de periodistas de Carmen Aristegui publicara el reportaje del conflicto de interés de la Casa Blanca, que involucraba al empresario Juan Armando Hinojosa, dueño de Constructora Teya, uno de los socios mexicanos de China Railway Construction Company en el Tren México-Querétaro.
El día de la cancelación, las acciones de esta compañía china cayeron 4.94 por ciento en el mercado bursátil de Shanghai y 5.76 por ciento en el mercado de valores de Hong Kong.
Un sexenio después, de la mano de Carlos Slim y de Marcelo Ebrard, Beijing regresó a México.
El pacto fue sellado en enero de 2021, durante la visita de Marcelo Ebrard a China. En palabras del canciller, se acordó ampliar la asociación estratégica entre México y China. Por eso, en medio de la tensión de la relación bilateral México-Estados Unidos por las consultas del T-MEC y los detalles de la de Rafael Caro Quintero, Washington ha renunciado a confiar en Marcelo Ebrard, “The Chinese man”.