El país cayéndose a pedazos.

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Por: Humberto Aguilar Coronado*

 

En pleno proceso de aprobación –disciplinada y acrítica- por parte de la mayoría legislativa de MORENA y sus aliados en el Congreso de la Unión de la Ley de la industria eléctrica, el país está viviendo una profunda crisis de disponibilidad de combustibles para la generación de electricidad, específicamente, de gas natural.

La iniciativa presidencial para reformar la Ley de la Industria Eléctrica ha sido severamente cuestionada por los especialistas que concluyen que servirá para frenar la competencia y la libre concurrencia en la generación y comercialización de energía eléctrica.

Todos sabemos que el Presidente López Obrador es un decidido enemigo de la participación de capital privado en la generación y comercialización de energía eléctrica; desde sus extraños esfuerzos por que se incluyera en el Tratado Comercial de América del Norte alguna expresión que reconociera la soberanía mexicana en materia energética, hasta las acciones administrativas que buscaban obstaculizar o, de plano, frenar su participación en la generación de energía renovable, resultaba más que evidente que el Presidente intentaba recuperar para el Estado el monopolio de la generación y comercialización de energía.

Después de esos forcejeos que generaron múltiples amparos y reveses jurídicos para el Gobierno Federal, el Presidente decide cambiar el orden en que los generadores podrán acceder al sistema eléctrico nacional, otorgando preferencia a la energía generada por la Comisión Federal de Electricidad por encima de la generada por particulares.

Como la iniciativa seguramente será aprobada el día de hoy en el pleno del Senado, “sin cambiarle una coma”, según la orden expresa del Presidente a la mayoría de MORENA en el Legislativo, es previsible que pronto vivamos nuevas confrontaciones jurídicas que pasarán por la Suprema Corte de Justicia de la Nación y, con mucha probabilidad, por los mecanismos internacionales de solución de controversias que se derivan del TEMEC.

Y de pronto, una ola de mal clima en el norte del país, provoca que la realidad vuelva a golpear de frente al Gobierno y a desnudar la irresponsabilidad y la incompetencia que lo ha caracterizado desde el inicio de su gestión. El frío generado en el sur de los Estados Unidos afectó el suministro de gas natural y provocó un nuevo apagón de energía eléctrica en los estados del norte de México.

La fórmula de culpar al pasado, de justificar sus ineptitudes y sus malas decisiones en el fantasma de la corrupción ha llegado a su límite. El Presidente no puede mantener sus niveles de aprobación si le siguen estallando crisis en todos los frentes y si no muestra capacidades sólidas para superar esas crisis.

El Presidente miente con descaro al afirmar que la Refinería de Dos Bocas va a permitir solucionar la producción nacional de gas natural para la generación de electricidad, pues esa Refinería está destinada a la producción de gasolinas, en un mundo que se aleja cada vez más de su consumo.

Pero bueno, que se siga haciendo la voluntad del Presidente, aunque el país se nos caiga en pedazos.

 

*Es Politólogo y Maestro en Negociación por la Universidad Carlos III de Madrid, España.

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