Desde su oficina en la Universidad Angelópolis, Octavio Corvera o Tavo, como le gusta que le llamen, nos recibe.
Un choque al estilo COVID fue nuestro saludo –codo con codo-
Me ofrece una taza de café que le habían regalado de Cuetzalan y una rebanada de pay de queso que le prepararon en casa (según él)
Se ve relajado, pero cuando empezamos a platicar previo a la entrevista, mostró preocupación por la crisis que atraviesa el sector educativo.
Fue entonces que decidí cambiar la temática y dejar a un lado la entrevista sobre ‘El PAN y su escenario rumbo al 2021’
¿Cuál es el reto de educativo en tiempos del COVID?
La tecnología. Sin duda alguna muy pocas universidades y colegios usaban ya la tecnología para impartir clases en línea o a distancia, de ahí en fuera, el resto no estábamos preparados para hacerlo. Ojo, no debemos confundir cursos, talleres o diplomados en línea que clases de lunes a viernes de siete de la mañana a dos de la tarde y con alumnos de seis a veintiún años. Este fue y es el verdadero reto. Pensar en que estamos viviendo el futuro.
¿Existe perdida de aprendizaje al tener como alternativa la enseñanza a distancia?
No, en lo absoluto. En este primer acercamiento, en los tres niveles de educación: básica, media superior y superior, pudo parecer esto, que no se aprendió mucho, que no se abarcaron los programas o materias, que había desorden, etc. Sin embargo, los estudiantes se ven forzados a la investigación y eso muy difícilmente se logra. Porque estábamos acostumbrados a que en el salón de clases aprendiéramos “todo”. Insisto, tenemos que aceptar y empezar a adoptar el nuevo modelo de enseñanza-aprendizaje.
¿La función del maestro debe ir más allá de sus funciones estrictamente educativas?
¡Por supuesto! El maestro debe ser un guía en el desarrollo académico y profesional del alumno.
Que utopía pensar que en México algún día todos los profesores sean valorados y reconocidos como formadores de ciudadanos, ciudadanos críticos y participativos.
Actualmente la realidad es que ambas partes: maestros y alumnos (no todos claro) realizan el mínimo esfuerzo para cumplir con lo que están obligados, enseñar la asignatura del día, tratar de aprenderla y ya. Esto es porque a mi parecer existe un ENORME problema en el país en materia educativa, no se quiere invertir en educación. Los políticos y gobernantes tradicionales recitan un sin fin de discursos en los cuales afirman que la educación es lo primero, que la educación es el motor, que la educación es la clave pero cierto es que tanto escuelas como profesores están abandonados. La educación privada no puede cubrir la enorme demanda que la escuela pública tiene; luego entonces entramos a un círculo vicioso que podemos describir así: Los padres de familia y sociedad exigen a los maestros más allá de su tiempo como docentes frente a grupo, pero estos están olvidados con sueldos bajos y poco presupuesto para material educativo (ya ni qué decir de las escuelas que están en condiciones deplorables), imparten sus clases lo mejor que pueden con estas carencias, los alumnos absorben estas carencias y las demuestran en sus conocimientos y preparación académica y entonces la sociedad y padres de familia nuevamente exigen más atención por parte de los maestros. Un rueda sin fin porque las autoridades no quieren invertir en educación.
¿La Pandemia tiene al borde de la quiebra al sector educativo privado?
Considero que sí. Hay algo que no se quiere comprender, la educación pública y la educación privada son complementarias. Las escuelas públicas no tienen la suficiente infraestructura para dar cabida a la enorme demanda estudiantil, sin embargo, a la educación privada se le sataniza y se le etiqueta de “negocio”.
Cierto es que se cobran colegiaturas por un servicio educativo, pero estas colegiaturas son para pagar honorarios de profesores, sueldos de personal administrativo e intendencia; brindar mantenimiento a las instalaciones, renta, impuestos servicios de luz, internet, agua, predial, etc.
Casi nunca se ven estos pagos, solo se ve el cobro que realizan las escuelas y universidades privadas pero no se toma en cuenta que también son fuentes de empleo.
Desafortunadamente por desconocimiento o ignorancia, se ve a la educación privada como un simple negocio cuando no es así, va mucho más allá de eso.
¿Cómo enfrentar la ‘nueva normalidad’ con estos tres factores: perdida del aprendizaje, deserción escolar y un sistema educativo privado que colapsa financieramente?
El panorama se ve muy complicado y más si las autoridades en sus tres niveles de gobierno no deciden ver a profundidad y analizar el gran trabajo que realiza la educación privada. Se afirma que todos los alumnos tendrán cabida en la escuela pública, eso es falso, no hay espacios suficientes y no los hay porque no se le ha querido invertir.
Sin embargo y contestando la pregunta pues en las escuelas y universidades privadas se está enfrentando como se debe de hacer, preparándonos para un regreso a clases de manera virtual, preparando las instalaciones con todas las medidas sanitarias que recomiendan las autoridades educativas y modernizándonos en cuanto a métodos de enseñanza.
Ahondaría en las palabras “pérdida del aprendizaje” a más bien “pérdida del entusiasmo”. Y es normal, esta situación nos tiene preocupados y estresados a todos, niños, jóvenes y adultos, luego entonces tenemos que enfrentarlo como lo que es, una realidad que nos va a regir a partir de ahora.
En cuanto a la deserción no podemos hacer más allá que no sea ser solidarios u ofrecer facilidades de pago o descuentos, otorgar becas en donde los jóvenes a cambio de, ayuden en labores administrativas pero si la situación económica no mejora en los otros rubros: comercio, industria, turismo, entretenimiento, esto encenderá los focos rojos en el sector educativo privado.
¿Qué políticas publicas urgen implementarse en materia educativa?
Mayor inversión. Mejoras en inmuebles y mejores salarios a profesores. Apoyar al sector educativo privado viéndolo como fuente de empleos y contribuyente en materia fiscal y obviamente implementar ya tecnologías que permitan a los estudiantes vivir en esta época tecnológica.
Contrario a lo que opina el Presidente López Obrador, considero que la apuesta a las nuevas tecnologías, computadoras e internet debe ser ya una prioridad y una urgencia.
¿Con esta situación los jóvenes estarán interesados en la política, saldrán a votar?
Creo que sí. Justo por las nuevas tecnologías los jóvenes de forma directa o indirecta están más informados que en año anteriores. Ven y observan como no hay mejoras sino retrocesos en materia educativa y económica. Así que sí creo saldrán a votar. Falta todavía un año y en este año, las autoridades tienen que responder a estas crisis que se han derivado por causa de la pandemia.
¿Cómo pedirles el voto a los jóvenes en tiempos del COVID?
Más que pedir el voto es insistir en reflexionar sobre lo que estamos viviendo y la manera de enfrentarlo. Que se verá traducida esta reflexión en votos, sí, pero más que nada tenemos que hacer se reflexione dos minutos sobre si el trabajo de las autoridades actuales está a la altura de lo que necesita la gente.
No hay plan para reactivar la economía, no hay plan de apoyo a jóvenes que desean seguir estudiando, no se quieren llegar a consensos. Pareciera estamos esperando a que pase la tormenta y después hacer el recuento de los daños y eso, simplemente es impensable.
Mi cuenta en tuiter: @adangio