ELLOS SON LOS CABRERA SARABIA, LA FAMILIA CRIMINAL LIGADA A UN SENADOR DE MORENA Y AL CÁRTEL DE SINALOA

Por: Adán Morales

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Una investigación realizada por la Defensa Nacional ubica al senador José Ramón Enríquez Herrera, quien aspiraba a ser gobernador en Durango, como “compadre” y beneficiario del dinero sucio de un operador que responde a las órdenes de un clan asociado al “Mayo” Zambada. El legislador niega las acusaciones.

Por Óscar Balderas

 

los Cabrera SarabiaFelipe Cabrera Sarabia, “El Rey de la Heroína”, al ser detenido en 2011. Foto: Cuartoscuro.com.

 

EMEEQUIS.– Entre todos los apodos que tenía Felipe (“El Inge”, “El Ingeniero”, “El Señor de la Sierra”) había uno que le gustaba por encima de todos: “El Rey de la Heroína”.

Era un recordatorio diario de cómo había pasado de plebeyo en su pueblo a la realeza del crimen organizado entre la década de los 90 y hasta su detención en diciembre de 2011. Su ascenso lo había logrado sobre toneladas de heroína que enviaba junto con sus hermanos José Luis, Alberto y Alejandro hacia Estados Unidos.

Juntos eran conocidos por sus apellidos, los Cabrera Sarabia, una familia que se ganó la confianza de Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada —fundadores del Cártel de Sinaloa— por su habilidad para tejer complicidades con políticos en Durango y Chihuahua para proteger su negocio de producción y trasiego de heroína y marihuana.

Una investigación realizada por la Secretaría de la Defensa Nacional, en poder de este reportero, da cuenta que uno de esos servidores públicos que serían cómplices de los Cabrera Sarabia sería el senador morenista José Ramón Enriquez Herrera.

El documento secreto fue elaborado en diciembre de 2020 en el Ejército mexicano y relata cómo quien también aspiraba a ser gobernador por Morena en Durango se ostentaba como “compadre” de un jefe de plaza del Cártel de Sinaloa.

Son cinco hojas en poder de este reportero, quien presentó una primera parte de esta investigación en el noticiero radiofónico de Luis Cárdenas en MVS Noticias y que ahonda en detalles en este texto para EMEEQUIS.

ÉL ES MI COMPADRE, EL “G-1”

De acuerdo con la investigación federal, en julio de 2016, el hoy senador José Ramón Enríquez Herrera había resultado triunfador en la elección para presidente municipal de Durango como abanderado de la alianza PAN y PRD.

Siendo alcalde electo, convocó a panistas, perredistas y hasta militantes de Movimiento Ciudadano a una reunión de trabajo en el Hospital de Especialidades de la calle Pereyra en la zona centro de la capital de Durango.

Una de las asistentes fue Alma Leticia Reyes Guerra, quien tres años antes se había convertido en la alcaldesa más joven de Durango, a los 23 años, después de que su padre y candidato a presidente municipal en San Dima fue asesinado días antes de la elección. Ella tomó su lugar y ganó los comicios.

Acaso por esa repulsión al crimen organizado es que Alma Leticia Reyes Guerra se entrevistó con personal de la Defensa Nacional y narró que durante esa renunión, el senador Enríquez Herrera presentó a un “compadre” y lo presumió como uno de los principales financiadores de las campañas electorales de azules, amarillos y naranjas.

Ese “compadre”, habría dicho el senador Enríquez Herrera, tenía como real ocupación ser el jefe de criminales en los municipios de San Dimas, Otaez y Pueblo Nuevo en Durango: Gerardo Soberanes Ortiz, alias “El G-1”, operador de la familia Cabrera Sarabia, según el documento de la Defensa Nacional.

De acuerdo con el relato, el “G-1” tomó la palabra y, de manera “amenazante y altanera”, dijo a los presentes que “no se hicieran pendejos” y que recordaran que los cargos que ocupaban, de una forma u otra, los habían conseguido gracias a él. Le debían lealtad.

Parte de la investigación de Sedena que incluye al senador Enríquez Herrera.

 

DURANGO A LOS PIES DEL CÁRTEL

De acuerdo con el documento, la relación entre el senador de la República y el “G-1” se remonta a una fecha no establecida, cuando supuestamente el jefe de plaza de los Cabrera Sarabia le prestó dinero al también exsecretario de Salud en Durango para terminar la construcción del Hospital de Especialidades, donde ocurrió la reunión citada por la Defensa Nacional.

Desde entonces, habrían creado una relación cercana que se consolidó cuando Enríquez Herrera se convirtió en alcalde de la capital de Durango.

En octubre de 2018, personal de inteligencia militar observó al hoy morenista recibir a la esposa del “G-1” en el Aeropuerto Internacional “General Guadalupe Victoria” de la ciudad de Durango, según el expediente.

Y en los días 14 y 16 de octubre de 2018 fueron localizadas tres mantas que hicieron alusión a la supuesta llegada de un grupo del crimen organizado a Durango. Las cámaras de videovigilancia mostrarían que los presuntos criminales que colocaban los mensajes recibían seguridad de patrullas del municipio que gobernaba José Ramón Enríquez Herrera.

También da cuenta que la familia Cabrera Sarabia, a través del “G-1”, exigió que el hoy senador morenista pusiera en la Dirección Municipal de Seguridad Pública a la licenciada (Cecilia) Soto Mendoza, quien tendría como tarea proteger los intereses del Cártel de Sinaloa.

Este reportero buscó al senador de la República por Morena para conocer su postura. Tras varios días de silencio, José Ramón Enríquez Herrera aseguró que no tiene relación alguna con el crimen organizado y que todo se trata de un “ataque político”. 

El senador por Morena en un acto en la Ciudad de México. Foto: Especial.

LA FISCAL ESTATAL ESTARÍA INVOLUCRADA

El senador José Ramón Enríquez Herrera no es el único funcionario público en Durango ligado por la Defensa Nacional a los Cabrera Sarabia.

Según el diagrama elaborado por los órganos de inteligencia criminal militar, la colusión de autoridades alcanzaría a la actual fiscal general del estado, Ruth Medina Alemán, y a Celina López Carrera, vicefiscal de Control Interno Análisis y Evaluación de la fiscalía estatal.

Además, involucraría a Justino Castañeda, entonces subdirector operativo de la Policía Estatal de Durango; a Armando Ramírez Retana, entonces subdirector del C-5 de Durango; y Ricardo Robles, entonces subdirector de la Policía de Investigación de Durango.

Estas autoridades de Durango responderían a los llamados del “G-1” y dos operadores criminales más: Ezequiel Ruacho, “El Toluco”, y Abelardo Díaz, “El Avestruz”. Ellos, a su vez, trabajarían de la mano de dos operadores financieros, Candelario Beltrán, “El Grande”, y Juan Manuel Salazar, “La Pocha”.

Todo el aparato de justicia y seguridad atravesaría por los Cabrera Sarabia.

CAMPAÑAS ELECTORALES CON DINERO SUCIO

Hoy, “El Inge” espera en una celda de Estados Unidos a ser juzgado por narcotráfico, tras ser extraditado en junio de 2020. Y su hermano José Luis, “El 300”, ha tomado el control del clan Cabrera Sarabia usando el mismo modus operandi que su hermano: cooptando a políticos de alto nivel.

Fuentes en el gabinete de seguridad actual relataron a esta revista digital que los Cabrera Sarabia han infiltrado a todos los partidos en Durango y en algunas zonas de Chihuahua.

En la década de los 90, cuando el PRI mandaba en ambos estados, los Cabrera Sarabia tejieron importantes relaciones con diputados, policías estatales, procuradores y ministerios públicos para consolidarse como los socios más aguerridos del Cártel de Sinaloa, especialmente del “Mayo” Zambada.

Son un clan violento que bajo las órdenes del “Inge” y “El 300” han provocado una alza de la violencia en la zona, especialmente desde 2015 cuando han defendido lo que ellos consideran su territorio del avance del Cártel Jalisco Nueva Generación, sus acérrimos enemigos.

Para lograrlo han financiado las campañas electorales de representantes de todos los partidos políticos: priístas, emeecistas, panistas, perredistas y ahora con morenistas como el senador José Ramón Enríquez Herrera, quien soñaba con ser nominado por su el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador para gobernar Durango, pero el pasado 29 de enero Mario Delgado señaló que el proceso estaba cerrado y la candidatura sería para Marina Vitela.

Permanece sin explicar a fondo por parte de Enríquez esa investigación en su contra, del más alto nivel, que lo conecta a un clan familiar del Cártel de Sinaloa y extiende su relación hasta su curul en el Senado de la República.

 

@oscarbalmen