El Estado mexicano vive inmerso en la violencia debido a la disputa que sostienen una decena de carteles por el control de la región
La violencia en el Estado de Michoacán no levanta el pie. Esta vez fue una matanza durante una pelea de gallos en Las Tinajas, municipio de Zinapécuaro, donde un grupo armado abrió fuego en la noche del domingo asesinando a 19 personas. La fiscalía de Michoacán confirmó a los medios locales la muerte de 16 hombres y tres mujeres, así como la brutalidad del atentado que dejó un número indeterminado de heridos. Según la información oficial difundida, el tiroteo comenzó a las 22.30, hora local (nueve horas más en la España peninsular), cuando un grupo de civiles vestidos con trajes militares y equipados con armas largas, irrumpió en el lugar y abrió fuego contra los asistentes a un palenque clandestino donde se celebraba una pelea de gallos.
La Unidad de Servicios Periciales y Escena del Crimen (USPEC) se desplazó al lugar donde halló los 19 cadáveres, todos ellos con disparos de armas de fuego. La Secretaría de Seguridad de Michoacán confirmó en Twitter que hasta el lugar de la masacre se desplazaron soldados del Ejército y la Guardia Nacional que participan en una operación coordinada para localizar a los autores.
Los vídeos difundidos en redes sociales por los vecinos permiten escuchar las decenas de balazos en una operación que se realizó en pocos minutos. El periodista michoacano Marcos Morales, presente en el lugar, escribió en su perfil de Twitter que la cifra de muertos es de 20 y que “no se trató de una balacera entre los asistentes, sino de una ejecución”.
La comunidad de Las Tinajas, en Zinapécuaro, se ubica a 55 kilómetros de la capital, Morelia, y está enclavada muy cerca de los límites de los Estados de Michoacán, Guanajuato y el Estado de México. Michoacán está envuelta en una espiral de violencia en la que al menos una decena de carteles se enfrentan a diario con el de Jalisco Nueva Generación (CJNG) por el control de la región, cuna natal del líder del CJNG Nemesio Oseguera Cervantes, alias El Mencho, el criminal más buscado del país. Sin embargo, la cercanía de Zinapécuaro con Guanajuato, ubica al municipio en el epicentro del tráfico de combustibles o guachicol, la extracción clandestina de gasolina de los ductos de Pemex que atraviesan la zona y que también enfrenta a grupos locales.
Michoacán, una próspera región del noroeste de México, de donde sale gran parte del aguacate y el limón que consume Estados Unidos, se desayuna cada día con macabras escenas de violencia que van del fusilamiento de sicarios rivales a plena luz del día o la utilización de tanquetas caseras en pueblos indígenas, como sucedió el fin de semana pasado. A pesar de que el Gobierno central desplazó a Michoacán a miles de efectivos de la Guardia Nacional desde que comenzó el año, son asesinadas más de 200 personas cada mes y han sido asesinados dos periodistas.
También en Michoacán, por primera vez en la historia del país, la Fiscalía investiga el uso de minas terrestres contra el Ejército en la región de Tierra Caliente, una zona compuesta de diez municipios que desde los años 80 sirve al narco para el cultivo y producción de marihuana, metanfetamina, heroína, fentanilo o, más recientemente, cocaína.
El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, del oficialista Morena, atribuye la ola de violencia que vive su Estado a la dejadez de los gobiernos anteriores, mientras reconoció que apenas hace dos meses, el Ejército logró entrar a municipios como Tepalcatepec, Aguililla, Coalcomán, Chinicuila y Aquila, todos en la franja de la Tierra Caliente, donde desde hace varios años no podía entrar.
Es periodista en México, Centroamérica y Caribe. Fue corresponsal de El Mundo y Associated Press en Colombia antes de llegar a EL PAÍS. Editor Premio Gabo’17 en Innovación y Premio Gabo’21 a la mejor cobertura. Finalista True Story Award 20/21 y colaborador en varios libros colectivos sobre periodismo y América Latina.