Una extraña red empresarial ligada al mercado global de armas y a Panamá Papers refiere como domicilio una solitaria bodega en Polanco. Su rostro público es el ramo textil, pero suministran desde titanio hasta cañones y metralletas. Tienen facturación millonaria con el gobierno de México y simularían competencia.
Por Esteban David Rodríguez/Eme equis
EMEEQUIS.– Un desván de una plaza comercial en Polanco conecta a 10 compañías proveedoras del sector público en México, ligadas a los mercados globales de armamento y titanio, con ramificaciones en paraísos fiscales y vías de distribución en Asia, Europa, Estados Unidos y Centroamérica.
Intman, Introm Textiles, Agorta de México, DPR México, Operadora Safrat, Zagis, Nicela, Caroem Construcciones, Hollond Textile Solutions y Cabse Technology Industries forman parte del extraño conglomerado.
Dichas empresas han sido proveedoras de un puñado de dependencias federales de 2012 a la fecha, pero más del 92% de sus operaciones con el sector público han sido con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), a la que ha vendido vendido vehículos militares, refacciones para unidades blindadas, chalecos antibalas, cartuchos, cartucheras, telas, uniformes, boinas y químicos, maquinaria para fabricación de armas, entre otros productos bélicos. En el caso de Cabse, está orientada a gobiernos locales.
Tres de las empresas del grupo han referido, en comunicaciones oficiales relacionadas con licitaciones, una dirección comercial en el interior de Plaza Arquímedes, en Polanco: el interior 2. Pero ahí no hay más que un desván que al menos desde hace cuatro años es utilizado como bodega por una empresa de capacitación que funciona desde 2004 en el mismo nivel.
La historia del conglomerado ilustra una serie de esfuerzos por mantener lejos de los reflectores públicos las dimensiones de sus actividades: además de las empresas con domicilio Arquímedes 130, está Hollond Textile Solutions, que tiene entre sus socios a Agorta S.A., empresa creada por testaferros de Arifa, uno de los principales despachos vinculados al escándalo conocido como Panamá Papers, que representan miles de compañías fachada; pero también a una sexagenaria de 66 años que vive en una zona popular del municipio de Naucalpan, estado de México.
La puerta del misterioso desván que es el supuesto domicilio de estas empresas. Fotos: Esteban David Rodríguez.
Exterior de Plaza Arquímedes.
Vestíbulo del centro comercial.
El desván.
Como las puertas del armario de las Crónicas de Narnia, las de aquel desván de Plaza Arquímedes conducen a un mundo ignoto, pero no a un reino fabuloso como el descrito por CS Lewis en su célebre novela, sino a una intrincada red corporativa con ramificaciones en los paraísos fiscales de Panamá y Delaware y con redes de distribución en Estados Unidos, Centroamérica, Europa y Asia.
De acuerdo con una investigación desarrollada por EMEEQUIS con base en la consulta de casi un centenar de documentos –entre contratos, licitaciones, papelería corporativa, oficios notariales y registros aduanales– en índices de México, Panamá y Estados Unidos, la red corporativa en cuestión engarza a empresas orientadas al mercado mexicano de armamento, y cuenta entre sus socios comerciales a la conocida firma israelí Emtan Karmiel LTD, fabricante de cañones, ametralladoras y fusiles automáticos.
El grupo cuenta con filiales en Guatemala, Panamá, Estados Unidos, Europa y Asia. Además, opera en el mercado de titanio y registra movimientos aduanales vinculados a firmas relacionadas con reactores nucleares. En el caso de Intman, está orientada al surtido de armamento al mercado mexicano a través de Sedena: dependencias encargadas de la seguridad pública, gobiernos estatales, ayuntamientos y particulares.
No obstante, el rostro público de las empresas del grupo es principalmente el negocio textil, pues, en efecto, cuentan con producción en ese sector, la cual encaja sin problemas con la división de la industria militar orientada a uniformes y vestuarios de fuerzas policiales y militares.
Por otro lado, DPR México, otra firma del grupo, tiene como domicilio legal un departamento habitacional en un vetusto edificio de la Colonia Doctores de la Ciudad de México, mientras que una de sus filiales opera desde el International Building Hua Qin, un rascacielos de oficinas corporativas en el distrito central de Hong Kong.
El Ejército se surte de armas y equipo con esta empresa. Fotos: Galo Cañas / Cuartoscuro.com.
Otra medida tomada por los asociados, ha consistido en marcar distancia entre las firmas del consorcio, al punto que hay socios y directivos que no se conocen entre sí: Diego Romano Dumas, gerente de de Itman hasta octubre de 2020, a consulta expresa aseguró que sólo trabajaba para ésta última, pero salvo Introm, desconocía al resto de las firmas vinculadas, a pesar que en su perfil de Linkedin se presentaba como gerente de Desarrollo de Grupo Intex, que da nombre al conjunto empresarial.
Por si fuera poco, algunas de las empresas del grupo han acudido a las mismas licitaciones públicas como compañías ajenas entre sí, como ocurrió en la compra de telas para los uniformes de la Guardia Nacional, en 2019, procedimiento en el que Hollond e Introm obtuvieron contratos.
Entre los accionistas, consejeros y apoderados del grupo se encuentran Gustavo Herrera Vázquez, Eduardo Alejandro Gutiérrez Romero, Mario Alfonso Ortiz Romero, Patricia Manon Romero Rodríguez, Neri Armando Morales Romero, Meyer Zaga Galante, Leonardo Guillermo Pérez y Teresa Miriam González Hurtado, entre otros (ver recuadro del accionariado).
El grupo empresarial tiene su división inmobiliaria. Eduardo Alejandro Gutiérrez Romero es además accionista de Helena Tulum, con desarrollos inmobiliarios en Quintana Roo, y de Torre Bosque Real, un desarrollo de alta plusvalía en un suburbio exclusivo en Huixquilucan, Estado de México.
EL CÍRCULO DE ARQUÍMEDES
Aparentemente ajenas entre sí, Introm Textiles, Intman y Agorta de México difundieron como su domicilio comercial, por lo menos desde 2014, el de Arquímedes número 130, Interior 2, en Polanco, en la alcaldía Miguel Hidalgo de la Ciudad de México.
Pero, como lo constató EMEEQUIS en una visita al lugar, en esa ubicación no hay más que un desván utilizado por lo menos desde 2017 como bodega por una empresa de capacitación, la cual funciona en oficinas aledañas, y que paga 40 mil pesos mensuales por el uso de la buhardilla. El resto del nivel está vacío, fuera de la firma de cursos.
Introm, Intman y Agorta comparten en trámites el supuesto domicilio de Plaza Arquímedes.
Introm Textiles aparece con esa dirección en distintos catálogos comerciales en línea, como Encuentren.me, Directorio Empresarial de México, Empresas de México y decenas de índices más de negocios en internet, con el giro de “uniformes” o “ropa y bisutería” o “accesorios de vestir”. Muchos de los directorios reportan actualización a 2020.
Pero también es la dirección referida a Sedena, como puede constatarse en la papelería corporativa en que la empresa ha enviado presupuestos o propuestas económicas en diferentes procesos de contratación de la institución castrense, los cuales acompañan este reportaje.
Todavía en marzo de 2018, Introm apareció en el Diario Oficial de la Federación con esa dirección en el reporte de una asignación contractual para el surtido de refacciones vehiculares.
Introm Textiles ha vendido a la Sedena, entre 2012 y 2021, desde refacciones para motocicletas Harley Davidson hasta boinas militares o uniformes para mujeres embarazadas.
La imagen pública de Intman Textil es semejante. También ha aparecido por años en los directorios comerciales en línea y en papelería corporativa utilizada en licitaciones con la dirección del desván de Plaza Arquímedes. Es uno de los pilares del grupo de empresas y su vocación comercial es estrictamente bélica.
Por separado, las direcciones electrónicas de contacto de Intman y de Introm están asociadas al dominio www.intexgroup.com.mx, una página en permanente construcción. Intex es la denominación genérica del grupo, si bien en el Registro Público de Comercio hay una decena de empresas con esa marca entre los componentes de su denominación y varias más entre firmas foráneas asociadas a dicho acrónimo.
INTMAN, UN CATÁLOGO DE ARMAS ISRAELÍES
Intman fue constituida el 6 de marzo e inscrita en el registro público el 6 de septiembre de 2010, con Eduardo Alejandro Gutiérrez Romero como accionista mayoritario y representante legal. Como la mayoría de las firmas del grupo, Intman también muestra el rostro de una empresa textilera, aunque su actividad está orientada en realidad al mercado mexicano de armamento.
No figura en el Registro Único de Proveedores y Contratistas (RUPC) de la secretaría de Hacienda, pero sí en Compranet, donde Intman aparece con el giro: “otros intermediarios del comercio al por mayor”.
Ha sufrido transformaciones drásticas a lo largo de los años. Entre las primeras contrataciones públicas de Intman figuran algunas con el gobierno capitalino. En 2012, la entidad “Caja de Previsión para Trabajadores a Lista de Raya del Gobierno del Distrito Federal” contrató a Intman el servicio de “arrendamiento de autobuses para los diferentes eventos recreativos en beneficio de pensionados y jubilados”, para tres días, por 188 mil pesos (contrato CPTLR-AD-011-12).
En ese entonces, Intman reportaba como actividad, en el Padrón de Proveedores del Distrito Federal, la de “compra, venta, distribución, comercialización y exportación de todo tipo de componentes automotrices, autopartes eléctricas, electrónicas, mecánicas, accesorios y todo lo relacionado al giro”.
Sólo siete años después, en 2019, la empresa ya figuraba en el Padrón de Importadores del Sistema de Administración Tributaria (SAT), como comercializador de armamento. Para 2020 contaba con dos registros de importador: uno de ellos con el número 2940 para importación de “armamento y sus partes”, y el 3940 para importación del resto de tipos de armas.
Diego Romano Dumas, exgerente de Proyectos de SCT (2012-16), dirigió Intman hasta octubre de 2020. Ostentaba el puesto nominal de gerente de proyectos de Grupo Intex. Antes de su salida del grupo, fue contactado por el reportero para preguntarle sobre la extraña operación de las empresas en torno al domicilio de Arquímedes 130. Comentó inicialmente que sólo conocía a Intman. Decía ignorar incluso la existencia de Intex Group.
Era una afirmación extraña. En su perfil de Linkedin, Romano aparecía entonces como gerente de Negocios y Desarrollo de Producto de Intex. En comunicaciones posteriores admitió que tenía cuatro años trabajando para Intman, la cual “desarrolla armamento, municiones, equipo táctico, e inteligencia”. También explicó que conocía a Introm Textiles, con la que no sostenía ninguna relación, aseguraba. Del resto de empresas, afirmaba no contar con ninguna noticia.
Organigrama de la red de empresas con supuesta sede en Plaza Arquímedes.
Después de octubre de 2020, EMEEQUIS llamó insistentemente al número telefónico señalado como vía de contacto en la web de la compañía, para intentar averiguar quién era el reemplazo de Romano Dumas. La respuesta siempre era la misma: después de escuchar la consulta colgaban.
Intman cuenta con un sitio web, cuyo dominio, www.intmandemexico.com, fue registrado el 12 de agosto de 2012. Pero está deshabilitado, como otros desarrollos digitales relacionados con las empresas del grupo. No obstante, la copia de caché del alojamiento del dominio da una idea muy completa de sus actividades: el contenido establecía que es una compañía “con más de 30 años de experiencia, dedicada al suministro de artículos para el sector defensa, en sus diversas especialidades”.
“En los últimos años se han realizado desarrollos y transferencias tecnológicas de distintos productos para clientes en el país, generados con líderes estratégicos que son líderes en su ramo a nivel mundial (sic)”, presumía el sitio, que aparentemente nunca estuvo en línea.
En cuanto a equipo táctico operacional, ofrecía “sistemas de visión nocturna, sistemas termales, sistemas optrónicos, equipo antimotines, chalecos balísticos”.
Su catálogo incluye “municiones terminadas, desde alto calibre hasta no letales”, componentes de alta especialidad, cañones calibre 20 milímetros, con sus repuestos y componentes para mantenimiento; “equipo táctico operacional, municiones, granadas, explosivos y cargas; armamento de usos civil y para fuerzas, cañones, vehículos militares”.
Contaban además con equipos “soldado del futuro”, una especie de equipo mejorado y fortificado, que han desarrollado distintos fabricantes de la industria bélica.
Pero sobre todo, Intman presumía su sociedad comercial con Emtan Karmiel LTD, la conocida fabricante del fusil automático M4-M16, así como de ametralladoras, pistolas automáticas y cañones, entre otros equipos originales, con clientes en Europa, Asia y Latinoamérica:
“Somos distribuidores en México de la empresa israelí EMTAN, y su gama de productos y kits de conversión”.
El catálogo, señalaba el contenido digital de la web, “está disponible en la Dirección de Comercialización de Armamento y Municiones” de Sedena. Otros socios comerciales de Intman aparecían en segundo término y resultan ilegibles debido a que la copia en caché del sitio no incluye las imágenes de los logotipos respectivos.
Como puede verse, en efecto, la empresa está orientada al mercado mexicano de armamentos, un sector opaco pero en permanente expansión. De acuerdo con datos de la Sedena difundidos por el periódico El Financiero, en el primer semestre de 2019 se incrementó la venta de armas legales en 35%, respecto del ejercicio 2018. En total, habían sido adquiridas 30,724 armas en ese periodo.
Y en 2016, la dirección General de Comercialización de Armamento y Municiones reportaba más 3 millones de usuarios de arma en México, incluyendo cuerpos policíacos.
La complejidad del mercado impide delinear con precisión sus límites. Según la organización no gubernamental Small Arms Survey, en México hay casi 17 millones de armas en manos de civiles. La entidad difunde anualmente un Barómetro de Transparencia del Comercio de Armas Pequeñas, en el que evalúa la transparencia de los estados “que se considera que han exportado al menos 10 millones de dólares en armas pequeñas”, incluidos accesorios y municiones. La medición incluye a México entre los mercados con mayor actividad en el rubro.
En los programas de canje que ha organizado Sedena con gobiernos locales en los que el público entrega voluntariamente armas por dinero o electrodomésticos con la autoridad, han sido recolectados fusiles de asalto, granadas, balas de mortero,
En 2020, el Padrón de Importadores del SAT, consultado por EMEEQUIS, registraba 437 razones sociales con permisos para importación de armas al país, una cifra elevada si se considera que en México sólo la Sedena puede comercializar armamento de manera legal, y únicamente cuenta con dos establecimientos para hacerlo.
Intman ha colocado con la institución castrense alrededor de 160 millones de pesos en existencias, de 2017 a la fecha. Pero corren buenos tiempos para la empresa. En agosto fue considerada entre las concursantes, por invitación, para una contratación para surtir más de 14 millones de cartuchos, que está por resolverse.
Del resto de compañías del consorcio, Intman tiene mayor afinidad en su perfil empresarial con DPR México y Operadora Safrat, ubicadas también en el nicho de seguridad, productos bélicos – policiales y de la industria de armamento.
DE LA DOCTORES A HONG KONG
Aunque Intman registra envíos a Canadá, Europa y Centroamérica, las empresas del grupo las cuentan con mayor actividad foránea son Distribuciones y Proyectos (DPR México) y Operadora Safrat.
DPR México fue constituida el 13 de abril de 1999 por Eduardo Gutiérrez Romero y Gustavo Herrera Vázquez, con Guillermo Cervantes Suárez como apoderado. Tiene su domicilio legal en el departamento 203 de un vetusto edificio habitacional de la calle Dr. J. Velasco número 193, en la Colonia Doctores de la Ciudad de México.
A diferencia de la mayoría del resto empresas del grupo, DPR tiene su sitio web funcionando, en donde ofrece servicios como “comercio exterior (importación y exportación)”, “seguridad (equipo táctico)”, “seguridad tecnológica”, y “asesoría y adiestramiento para fuerzas especiales”.
La empresa informa que cuenta con oficinas en Ciudad de México, Guadalajara, Ciudad de Panamá, Guatemala, Estados Unidos (sin precisar ubicación) y Asia. Sus empresas filiales son DPR USA LTD en Estados Unidos, DPR Panamá S.A. en ese país centroamericano, y Effect Trading Company Hong Kong.
Oficinas de DPR en México (un vetusto edificio en la colonia Doctores) y en Hong Kong (un local de lujo). Fotos: Especial.
Esta última opera desde el sexto piso del International Building Hua Qin, un rascacielos de oficinas corporativas ubicado en el 340 de Queen’s Road, en el distrito central de Hong Kong.
Por su parte, Operadora Safrat fue constituida el 13 de abril de 2013 por Eduardo Gutiérrez Romero y Margarita Formoso. De acuerdo con registros aduanales, se dedica a la importación y exportación de titanio y sus manufacturas, incluidos desperdicios y desechos. Su clasificación aduanal lo ubica también en el mercado de los reactores nucleares.
Ha efectuado operaciones con firmas de Israel, China, Alemania, Italia, Canadá, España, Austria, y Bélgica.
En noviembre del año pasado, por ejemplo, vendió “tornos de barrenado profundo” a la Fábrica de Proyectiles y Morteros de la Dirección General de Industria Militar de la Sedena, por 613 mil 265 dólares, que equivale a 12.4 millones de pesos.
Dedicada al “ensamble de toda clase de maquinaria industrial en diferentes especialidades”, según su página web.
LAS AGORTAS
Una tercera firma que utilizó la dirección de Arquímedes 130, interior 2, por lo menos desde 2014, fue Agorta de México, comercializadora de vehículos, refacciones e implementos policíacos.
La Secretaría de Seguridad Pública del Gobierno del Distrito Federal envió a esa dirección y a nombre de dicha razón social, el 29 de octubre de ese año, una invitación a un procedimiento de contratación de “vehículos tipo ambulancias, equipadas, incluido el equipo de comunicación y señalización visual y acústica, balizamiento y corte de color 2014”.
Agorta S.A. y Agorta de México, son empresas distintas, como se verá, aunque del mismo grupo.
Como Introm e Intman, Agorta de México S.A. de C.V. también ha recibido contratos de asignación directa de la Sedena, pero su rastro es tan opaco, que incluso un juez tuvo que notificarle sobre una demanda legal en su contra a través de anuncios en la prensa, por “desconocer su domicilio”.
Agorta de México S.A. de C.V. fue creada el 4 de marzo de 2013, según su Registro Federal de Contribuyentes (RFC). En abril de 2014 la Sedena le adjudicó directamente un contrato de adquisición de 100 ambulancias “de emergencia básica, color verde olivo, conversión sobre una Express Cargo Van”, por 103.93 mdp; y en mayo otro contrato con valor de 4.9 mdp., por diez semirremolques.
La empresa ni siquiera tenía inscripción en el RUPC, que obtuvo hasta el 10 de junio siguiente (folio 246728), en la que se indica su objeto: la comercialización, fabricación, manufactura, maquila, ensamblado y reparación “de toda clase de artículos, sean fungibles (consumibles) o no”, así como de “cualquier tipo de aparatos eléctricos y electrónicos, enseres domésticos, prendas de vestir, calzado (…), equipos tácticos, policíacos, (…) y toda clase telas (…)”.
La ficha no contiene más datos relevantes. En el Registro Público de Comercio, al menos en su versión electrónica, tampoco hay referencias sobre esa empresa. Incluso autoridades judiciales han buscado, sin éxito, el domicilio en que opera la extraña razón social.
En enero de 2017, el Juzgado Octavo de Primera Instancia Civil del Poder Judicial de Querétaro emitió un “edicto de emplazamiento” de demanda que publicó en la prensa: “Leonardo Guillermo Pérez y Agorta de México S.A. de C.V., por este conducto, le notifico y emplazo al juicio ejecutivo mercantil que (…) promueve Adamed S.A. de C.V., bajo el expediente número 1070/2015, quien les demanda, principalmente: a) el pago de la cantidad de $812,232.00” (La Jornada, 21/1/ 2017).
Adamed, empresa de blindaje de vehículos, recibió un pagaré de Agorta de México, que no fue cubierto en su momento. Como se desprende del edicto, Leonardo Guillermo Pérez era el representante legal.
Pero la descrita, no era la única compañía con la denominación de Agorta. Inesperadamente, todas estarían vinculadas. El documento “Aeronaves, armamento y vehículos adquiridos por la secretaría de la Defensa Nacional en el periodo comprendido del año 2006 al 1° de septiembre de 2019”, indica haber comprado a una empresa denominada “Agorta S.A. de C.V.”, en 2013, “un vehículo barredor compacto marca Dulevo, Modelo 5000 Evolution”, por 3.33 mdp., más IVA. Compranet no incluye en su archivo descargable de 2013 el contrato referido, no es posible conocer los detalles de la contratación ni del proveedor.
Lo cierto es que hay una empresa más con la misma denominación, y según fuentes del propio grupo está vinculada al mismo: en el puerto de Wilmington, condado de New Castle, estado de Delaware, en los Estados Unidos, existe una firma denominada “Agorta SA Inc.”, pero sobre ella no hay más que un vago indicio. El Departamento de Corporaciones del Estado de Delaware sólo registra los datos del agente suscriptor, American Incorporators LTD, con domicilio en la misma ciudad.
Según recomendaciones del despacho Slogold Group a sus clientes, “el 50% de las corporaciones más grandes del mundo están constituidas en Delaware (…) porque proporciona el anonimato que la mayoría de las jurisdicciones off-shore no, (ya que) el estado de Delaware no exige la identidad del beneficiario efectivo”.
El hilo de la madeja fue una de las empresas creadas al vapor al inicio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador para facturar al sector público, que sacó a la luz pública a Hollond Textile Solution en 2020, la firma en la que está incrustada una compañía fachada creada en Panamá.
HOLLOND: CÓMO CRECER EN LA INDUSTRIA BÉLICA CON 500 PESOS
En los primeros días de 2019, doña Luisa Ramírez Briones, entonces de 66 años, originaria del municipio de San Felipe, Guanajuato ―pero con domicilio Alce Blanco, en la zona industrial de Naucalpan―, invirtió 500 pesos para formar la empresa Hollond Textile Solutions S.A. de C.V. que, cinco meses después, ganó un contrato de 9.5 millones para surtir al Ejército de algunas de las telas requeridas para la confección del vestuario de la Guardia Nacional.
Aunque preside el consejo de administración de Hollond, doña Luisa no la fundó sola, sino asociada con la firma Agorta S.A., fundada en Panamá, cuya acta constitutiva fue obtenida por el redactor en el Registro Público de ese país de Centroamérica (escritura pública 14,513), protocolizada el 14 de agosto de 2012.
Escritura de Agorta en Panamá.
La sociedad fue formada por los panameños Luis Alberto Rodríguez, Bárbara de Rodríguez y Claudia García, con Hermes Oriel Vargas como presidente, con el propósito de “establecer y llevar a cabo los negocios de”, “finanzas, tenencia de inversiones, mercantiles, manufactura y transporte y la explotación de recursos naturales”; inmobiliarios, comercialización de derechos de autor, licencias, patentes, invenciones, marcas, “buques, aviones y otras naves, fábricas”, “y en general cualquier negocio lícito”, de modo que “llevará cabo cualesquiera o todos sus negocios en cualquier país del mundo”.
Luis Alberto Rodríguez representaba a Arias, Fábrega y Fábrega (ARIFA), uno los despachos panameños especializados en el montaje de corporativos de papel, y el nombre de Rodríguez salió a relucir en 2016 en el escándalo de los “Panama Papers”, cuando se descubrió que ERESA, una de las compañías que presidía, la cual recibía transferencias por contratos del gobierno de Valencia, España, pertenecía en realidad a un magnate ibérico del sector de servicios clínicos llamado Vicente Saus.
Rodríguez está vinculado a más de 14 mil empresas panameñas, y su nombre salió a relucir en el escándalo conocido como “Papeles de Panamá”; Hermes Oriel Vargas se asocia a más de mil 200 compañías; Bárbara de Rodríguez a casi seis mil; Arcenio A. Barrios S. y Larissa E. Castañeda a más de mil y Ana María Burnes C. a más de 600. Agorta S.A. fue registrada por el despacho Icaza, González-Ruiz y Alemán.
El 26 de enero de 2016 se agregó una entrada al expediente, en la cual se nombró un nuevo consejo de administración, formado por Arcenio A. Barrios S. como presidente, Larissa E. Castañeda como secretaria, y Ana María Burnes C. como tesorera.
Esa es la empresa con la que se asoció doña Luisa para crear Hollond Textile Solutions el 10 de enero de 2019, según el registro 99007 de la Notaría N° 27 de la Ciudad de México, con sede en la alcaldía de Tlalpan.
Declaró un capital social de 50 mil pesos, dividido en 100 acciones con valor de 500 pesos cada una. Son dos accionistas: una de ellas es María Luisa Ramírez Briones, que aportó sus 500 pesos para la formación de la compañía. Es decir, detenta una de las acciones. Su socio, que posee las 99 acciones restantes, es Agorta S.A.
Hollond declara como objeto social “la compra, venta, distribución y fabricación de productos textiles”, así como “obtener por cualquier título, concesiones, permisos, autorizaciones o licencias, así como celebrar cualquier clase de contratos, relacionados con el objeto anterior, con la administración pública, sea federal o local”.
La apoderada y representante legal de la firma es Teresa Miriam González Hurtado, quien por lo menos desde 2016, y hasta 2018, se desempeñó como visitadora, enlace de investigación y asesora (contrato 4110010-AD76-15-94) de la dirección General Adjunta de Investigaciones de Prácticas Monopólicas Absolutas de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece). Esa área era conducida entonces por Laura Alicia Méndez Rodríguez, que en el gobierno morenista se desempeña como contralora general del Instituto Nacional del Fondo para la Vivienda de los Trabajadores (INFONAVIT).
Hollond ha reportado hasta ahora dos domicilios a Sedena: uno de ellos en un edificio de oficinas en la calle Juan Vázquez Mella, de la colonia Los Morales Polanco, alcaldía de Miguel Hidalgo; y otra en un edificio habitacional de la calle Perpetua, en la colonia San José Insurgentes, alcaldía Benito Juárez.
En un primer telefonema, el encargado no tenía idea de quién es María Luisa Ramírez Briones, doña Luisa, administradora nominal de la empresa. En el segundo, quedó muy claro, pues la recepcionista informó: “lo que pasa es que no tengo ese nombre en la plataforma”. Pero sí aclaró, después de ir a consultar, que Miriam González Hurtado, la apoderada, ya estaba enterada de nuestra solicitud y se pondría en contacto con el redactor para responder preguntas relacionadas por el laberinto de empresas. Pasó más de un año sin respuesta.
Hollond Textile y Agorta de México están vinculadas por Nicela, otra de las empresas del grupo. De acuerdo con datos patrimoniales, Mario Alfonso Ortiz Romero fue director de Agorta de México, y posterior accionista mayoritario de Nicela.
Nicela, que fue creada el 18 de octubre de 2012. El 99% de participación corresponde a Ortiz Romero, en sociedad con Margarita Izaguirre, quien tiene sólo el 1% . El dominio de la página web de Hollond está dado de alta a nombre de Nicela.
El dominio, www.hollondtextilesolutions.com, fue dado de alta el 5 de noviembre de 2018, antes de la protocolización legal de Hollond. El contenido del sitio web parecía apuntar a un propósito distinto al de promover la marca e imagen del negocio, exhibir productos o servicios, hacer contacto con clientes, y vender, que suelen ser los motivos de cualquier establecimiento para desarrollar una página electrónica.
No presentaba un logotipo, ni un perfil de la empresa, ni enlaces a redes sociales, ni una land page o módulo de registro para enganchar clientela. Únicamente mostraba una galería de imágenes de productos textiles. Pero, sobre todo, carecía de cualquier dato de contacto. Pocos meses después de asignados los contratos de surtido de telas para los uniformes de la Guardia Nacional, la página web de Hollond quedó deshabilitada. Para mediados de 2020 ya no tenía ningún contenido.
Parece un modus operandi: el sitio de Hollond está deshabilitado, el de Grupo Intex en permanente construcción desde el 3 de septiembre de 2018, cuando el dominio se dio de alta; el de Nicela, fuera de línea, el de Intman, también.
El caso es que, al cabo de las sumas y las restas, doña Luisa hizo un buen negocio: invirtió sus 500 pesos en la industria armamentista global.
@estedavid