El PRI sigue meditando su próxima jugada: aún sin definir quién tomará el timón de su inmensa bancada de… dos curules en la LXII Legislatura del Congreso local. Y es que, en el mundo político poblano, hasta dos votos pueden parecer gigantes cuando el cálculo de alianzas está en juego.
Con la nueva legislatura tomando protesta este domingo 15 de septiembre, la dirigencia estatal del PRI, encabezada por Néstor Camarillo Medina, se encuentra en un momento crucial. Aunque su presencia en el Congreso esté limitada por números, la verdadera interrogante es cómo jugarán sus cartas: ¿se aliarán con la oposición o se dejarán llevar por la corriente de Morena y sus aliados, quienes dominan cómodamente el panorama?
Mientras el líder estatal del PRI asegura que aún están evaluando si será Delfina Pozos o Lázaro Gutiérrez Aquino quien coordine la bancada, lo cierto es que las decisiones sobre qué comisiones integrar o a qué alianzas sumarse son las que realmente cuentan. Porque, seamos honestos, dos votos sueltos en el Congreso no hacen temblar a nadie… hasta que encuentran con quién bailar.
La batalla por el tercer escaño plurinominal que Morena les arrebató y el TEPJF les devolvió añade un toque de drama a la trama. Sin embargo, no se puede obviar que el PAN, después de la debacle electoral del 2 de junio, ha lanzado más de una crítica hacia sus aliados del PRI, lo que deja abierta la pregunta de si esta relación política seguirá floreciendo o marchitará bajo la presión de las derrotas compartidas.
En este panorama, los priistas podrían buscar refugio en alianzas estratégicas con la oposición disminuida, o bien, rendirse a la mayoría avasalladora que controlará la agenda legislativa. Las jugadas de poder están sobre la mesa, pero, como siempre, los números mandan: ¿cuántas comisiones y cuánto peso legislativo lograrán sacar de su aún incierto juego político?