Descubren el “Río de la Muerte”: Un gigantesco cementerio de dinosaurios que podría revelar cómo murieron miles de ellos
Pipestone Creek, Alberta, Canadá — En lo profundo de un bosque canadiense, bajo capas de roca y tierra, yace una de las mayores concentraciones de fósiles de dinosaurios jamás descubierta. Un equipo de científicos liderado por la paleontóloga Emily Bamforth está excavando lo que han llamado el “Río de la Muerte”, un yacimiento prehistórico de escala monumental en Pipestone Creek, donde miles de dinosaurios murieron en un instante hace aproximadamente 72 millones de años.
Los investigadores buscan resolver un antiguo enigma: ¿qué acabó con una manada entera de Pachyrhinosaurus, un imponente herbívoro del Cretácico Superior? A través de minuciosas excavaciones, están desenterrando huesos fosilizados con una densidad sorprendente —hasta 300 por metro cuadrado— en una zona que apenas han comenzado a explorar.
“El nivel de concentración de fósiles es asombroso”, afirma Bamforth, quien dirige las excavaciones acompañada por su perro Aster, entrenado para alertar en caso de osos. “Hemos encontrado huesos de todos los tamaños y edades, desde crías hasta adultos completamente desarrollados”.
El Pachyrhinosaurus, un pariente del Triceratops de hasta cinco metros de largo y dos toneladas de peso, se distinguía por una prominente protuberancia en la nariz y tres cuernos. Según Bamforth, todos los restos hallados en este sitio pertenecen exclusivamente a esta especie, lo que sugiere que se trataba de una única comunidad arrasada en un evento catastrófico.
Las primeras hipótesis apuntan a una repentina inundación como la causa de la mortandad masiva. “Imaginamos una tormenta devastadora en las montañas que generó una crecida torrencial. Los animales, pesados y no muy buenos nadadores, no tuvieron oportunidad”, explica la experta. Las rocas del lugar conservan patrones de remolinos y sedimentos arrastrados, como una instantánea de destrucción esculpida en piedra.
Pero este trágico episodio para los dinosaurios representa un tesoro científico. En el cercano sitio de Deadfall Hills, otros investigadores como el paleontólogo Jackson Sweder han encontrado restos de Edmontosaurus, otro herbívoro de gran tamaño, que ayudan a reconstruir el ecosistema prehistórico de la región.
Desde el Museo de Dinosaurios Philip J. Currie, en Grande Prairie, el equipo liderado por Sweder limpia y estudia los fósiles, incluido un cráneo colosal apodado “Big Sam”. Estos hallazgos permiten comprender no solo cómo vivían y morían estos animales, sino también cómo crecían, se organizaban en manadas y evolucionaban.
Con más de 8,000 huesos ya recolectados y solo una pequeña porción del terreno excavado, los científicos están seguros de que apenas han empezado a descubrir los secretos de Pipestone Creek.
“Cada vez que volvemos, encontramos algo nuevo”, dice Bamforth. “Es un sitio único en el mundo, una cápsula del tiempo de proporciones épicas. Y lo más emocionante es que lo mejor aún está por venir”.