En el CEN de Acción Nacional ven con buenos ojos una elección abierta a la militancia en Puebla.
Este domingo 9 de noviembre, la militancia de Acción Nacional en todo el país está convocada para elegir al próximo presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) mediante una elección abierta a sus 302,982 afiliados. Sin embargo, en Puebla, el proceso para la renovación estatal, prevista para diciembre, ha sido fuente de tensión y controversia, ya que los líderes locales actuales, encabezados por Augusta Díaz de Rivera, buscan que el método de elección se lleve a cabo mediante el voto de comités y no de la militancia directa.
Desde la dirigencia nacional, encabezada actualmente por Marko Cortés Mendoza, comienza a ganar mayor fuerza la posibilidad de realizar una elección directa en Puebla, como una forma de mostrar un partido fuerte en su participación democrática. Esta postura contrasta con la estrategia local que impulsa el grupo de Díaz de Rivera, quien además ha respaldado a Eduardo Rivera, ex alcalde de Puebla y ex candidato a la gubernatura, para presidir el comité estatal. Rivera ha mostrado interés en participar, además de integrar la planilla del candidato nacional Jorge Romero que compite contra Adriana Dávila, quien se ha pronunciado en contra de las prácticas locales del PAN en Puebla.
Durante una reciente visita a la entidad, Dávila se mostró decepcionada de la gestión de Eduardo Rivera, criticando su gestión como alcalde y su proceder como militante. A su juicio, la elección directa debería ser la opción en Puebla para que los afiliados puedan elegir de forma democrática. Este pedido ha sido respaldado también por otros aspirantes a la dirigencia estatal como Mónica Rodríguez Della Vecchia, Rafael Micalco y Edmundo Tlatehui, exalcalde de San Andrés Cholula, quienes han alzado la voz y buscan la intervención del CEN para evitar que la renovación en Puebla sea decidida por comités.
Tlatehui ha declarado públicamente que si la elección no se realiza mediante el voto directo de la militancia, él se retirará del proceso, ya que considera que una elección legitimada únicamente por comités no reflejaría el verdadero sentir de las bases. Los aspirantes que apoyan esta demanda aseguran que el método actual beneficia a los grupos de poder ya establecidos, particularmente a Díaz de Rivera y a Eduardo Rivera, quienes cuando aún ni se terminaban de contar los pocos votos que recibió el blanquiazul el 2 de junio, ya habían iniciado una campaña para la renovación del CDE al interior del estado.
Sin embargo su plan podría no concretarse, pues la presión de los militantes pone entre la espada y la pared al CEN, pues amagan con abandonar el partido si no son tomados en cuenta, exigiendo una elección abierta a su voz. Argumentan que el PAN ha perdido fuerza en Puebla, especialmente tras los malos resultados de las elecciones del pasado 2 de junio, cuando perdió municipios clave y alianzas con partidos como el PRI, el PRD y el PSI resultaron infructuosas.
Y es que aunque Eduardo Rivera no compita por la dirigencia del Comité Directivo Estatal, ya han varios de sus cercanos que alzaron la mano y con los que planea conservar las riendas del partido.
Mientras en el ámbito nacional la elección abierta busca reforzar la transparencia y el sentido democrático del PAN, en Puebla el debate continúa. La decisión sobre el método de elección estatal se tomará en los próximos días, y será un momento crucial para definir si la voz de la militancia será escuchada.