Miriam es una mujer que no pasa los 33 años, a pesar de su aparente fragilidad tiene tamaños.
Tamaños que logró tras vencer el miedo después de haber recibido una amenaza de muerte.
El miedo de Miriam es evidente.
Las amenazas que le han hecho no son de cualquier gente.
Son gente peligrosa.
Gente mal afamada.
Gente que se mueve en las cañerías de San Martín y de la justicia.
En San Martin dicen ser protegidos de la alcaldesa Norma Layón, cosa que no creo, pero tampoco dudo.
Con la justicia, a decir de unos agraviados: “a pesar de tener orden de aprehensión, la orden misteriosamente no aparece en plataforma”
La semana pasada Miriam vio como una mujer de apellido Villegas intentaba destrozar su vehículo marca Jetta, con precaución y a distancia, se acercó a tratar de detenerla. La agresora se hacía acompañar de un par de sujetos.
Lo que recibió fue una serie de amenazas de muerte: la agresora le dijo que no se la iba acabar, que la iba a topar de noche y sola, que lo de su pinche carro era solo para que le bajará de huevos.
La misma mujer le dijo que le valía madres si presentaba denuncia alguna, pues Norma la protegía.
El motivo de todo es un malentendido pasional, pues mientras la pareja de la agresora acosa a Miriam, sin éxito alguno, los celos han provocado un infierno.
¿Qué sigue?
Que la justicia proteja a la victima de su agresora, quien es hermana de Ángel Villegas, quien fue amo y señor de las calles en San Martín; La agresora también dice gozar de los favores de quien dice es su prima, Lucina Galindo, la ‘Reyna del cristal’ .
¿Cuántas Miriams habitan en San Martín, cuántas Miriams callan por temor y terror?
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Columna ficción
